El señorial Castillo de La Mota está ubicado sobre una colina (o mota, de allí su nombre) en la localidad de Medina del Campo, dentro de Valladolid, España. Fue construido entre los siglos XIV y XV y era un ejemplo en sistemas de defensas para su época. En la actualidad pertenece a la Junta de Castilla y León y permanece abierto al público para ser visitado.
El ladrillo reemplazó a la piedra

El Castillo de La Mota se lo edificó empleando ladrillos; se utilizaron piedras en tan sólo algunas de sus partes. Una muralla, de la que pueden verse restos aún, rodeaba el pueblo y el castillo. Con el tiempo se lo dotó de una segunda puerta que protegía a la primera en caso de asalto, y se le añadieron troneras desde las que se podía disparar sobre los atacantes que lograban atravesarla. Para defenderla desde el exterior se erigió un baluarte, torre ubicada en medio del foso, frente a la puerta misma pero no alineada (para evitar el fuego directo), que debía ser demolida primero si se pretendía llegar al interior.
El castillo posee planta trapezoidal y dos recintos, el primero (barbacana) es bajo y protegen su entrada dos fuertes torreones; el segundo tiene altos y sólidos muros con un torreón en cada ángulo, y se destaca del conjunto la llamada Torre del Homenaje por su mayor tamaño (mide 38 metros de altura y 13,5 metros por cada lado), la que se ideó para cuidar la puerta de entrada (de estilo gótico) del Patio de Armas.
La parte interna

La fortaleza cuenta también con una sobria capilla (de estilo románico-mudéjar), que se dedicó a Santa María del Castillo. En su altar mayor un retablo muestra bajorrelieves de seis santos de España: San Raimundo de Fitero, Santiago Apóstol, San Fernando, Santa Teresa de Jesús, San Isidro y San Isidoro. El bello sagrario está realizado en plata y un Cristo de marfil corona el retablo. En los laterales dos figuras talladas en madera de cerezo, la de Santa María del Castillo y la de San José, armonizan con el color de las paredes de ladrillos.
A la planta superior se llega por una escalera de estilo gótico-flamígero, allí están el Salón de Honor y el Mirador de la Reina (de siete metros de largo por dos de ancho) donde se dice que pasaba largas horas Juana la Loca, aguardando el regreso de su esposo.
El robusto castillo sufrió dos fuertes ataques de artillería, uno en 1467 y el segundo en 1473; de ambos son las innumerables marcas de proyectiles que presenta su mampostería. Esta importante obra arquitectónica renacentista es utilizada en la actualidad con fines no sólo turísticos (mediante instructivos paseos guiados) sino también culturales, puesto que se celebran en su interior distintos cursos, seminarios y congresos.
¿Han visitado el Castillo de La Mota? ¿Qué les parece este fantástico lugar?