Irlanda ofrece mucho para los visitantes de afuera. Hay posibilidades de practicar campismo en el Parque Nacional de Killarney o surfear en la playa Lahnich, pero especialmente los fanáticos de la historia pueden satisfacer su curiosidad visitando cabañas construidas en piedra o monumentos prehistóricos, como las tumbas del Valle de Boyne, así como el histórico Castillo de Dublín y como otros sitios turísticos.
Los centros urbanos de Cork y Dublín tienen influencia cultural alrededor del mundo; Dublín, la capital dinámica, se ha transformado durante los últimos veinte años y hoy en día es un destino de lujo con tiendas de categoría y una vida nocturna intensa.
Si estás de visita por Irlanda, no puedes dejar pasar la oportunidad de visitar el depósito de la cerveza Guiness. Esta marca de cerveza existe desde 1759, así que no solo disfrutarás de una pinta de cerveza amarga, sino que también podrás degustar un poco de su historia.
Para los amantes de la literatura irlandesa está el Museo de James Joyce. Situado en lo que antes fue la Torre de Martello, aquí fue donde Oliver St Gogarty John invitó a Joyce a contemplar la vista, y es aquí donde comienza su laberíntica novela, Ulises. La Torre tiene una colección de cartas, fotografías, cañas y una guitarra que pertenecieron al autor. Incluso se puede ver una copia de Ulises ilustrada por Matisse.
Si lo que tienes en mente es hacer un tour etílico, muchos poblados de Irlanda tienen clubes, bares y cantinas con música en vivo. Es muy frecuente que en los bares halla seisún, una sesión en vivo de música irlandesa.
Por último, las fechas recomendadas para visitar Irlanda son a mediados de Marzo, para presenciar el día de San Patricio, en el que se hacen desfiles en toda Irlanda, y a comienzos de Agosto, para asistir a la Feria de Puck, donde coronan a una cabra y la nombran “el rey Puck”, ambas fechas son tradiciones centenarias.