Cuervos al apio y otros 4 alimentos que eran normales hace unas décadas
La comida —como el lenguaje— guarda una estrecha relación con la antropología y la evolución social. Dependiendo de la época, la situación socioeconómica, y/o el territorio donde se encuentran los individuos, siempre habrá predilección o repudio hacia ciertos alimentos.
De la misma forma que en el pasado parecía impensable conservar intacto un embutido gracias a los agentes conservadores, hoy día algunas comidas típicas de la antigüedad parecen absurdas y asquerosas.
A continuación, te presentamos cinco alimentos que llegaron a ser cotidianos para muchos de nuestros ancestros... en nuestros días quizás sólo figurarían en programas de retos extremos:
Excremento de ballena
"Ámbar gris" fue un nombre mucho más glamuroso y rentable para denominar al excremento de ballena en el mercado.
Generalmente, se usaba en la fabricación de perfumes por sus cualidades fijadoras, pero también para elaborar dulces y helados en el siglo XVII. La gente lo comía particularmente en la antigua Persia y en India, aunque su popularidad llegó a extenderse por toda Europa.
En ese último territorio, era un ingrediente común en dulces, pasteles, crema batida, budines, pasteles de queso e incluso en bebidas alcohólicas. De acuerdo al registro The Manuscript Cookbooks Survey, quienes llegaron a probarlo dividieron la opinión de su sabor: algunos lo describieron como "floral y musgoso", y otros como "un gusto similar al de una axila".
Cuervos
Los cuervos son prolíficos en ciudades templadas y áreas boscosas. En la década de 1930, no era extraño verlos en menús de diversos restaurantes.
En Oklahoma, su consumo llegó a ser muy popular por influencia del Dr. TW Stallings, quien promovió al cuervo como un alimento porque... les tenía miedo. Alentaba a los granjeros a deshacerse de ellos en sus cultivos con una simple táctica: ponerlos en su mesa.
Stalling recomendaba cocinarlos con manteca de cerdo y apio. Si bien hoy día parece descabellado intentar preparar uno, en el marco de Gran Depresión, el cuervo se convirtió en un sustento permisible (y sabroso) para los agricultores.
Pezuñas de ternera
El desperdicio de alimentos es una constante preocupación a nivel mundial. Dada la crisis, reportes constantes de portales como el Food History News, recuerdan lo que las personas del pasado hacían para aprovechar todos los recursos ¡TODOS!
En el siglo XIX, no era raro que los cocineros usaran las pezuñas de los terneros para hacer gelatina entera. El proceso era simple e involucraba hervir las patas de aquellos animales hasta que la mezcla se redujera. Posteriormente, se quitaba la grasa y se agregaba vino, jugo de limón y huevos.
Colas de castor
No, no estamos hablando del postre canadiense que lleva ese nombre simbólico para referirse a un panecillo redondo de pasta gofre.
De forma muy literal, las colas de los castores fueron un platillo típico de la cuaresma occidental durante el siglo XVII. El razonamiento católico tras esta práctica, aprobaba comer castores en días santos porque "cualquier animal que no necesitara refugiarse en el Arca de Noé, era apto para comer en esa época".
Ya que los castores pueden nadar sin complicaciones, su destino culinario estuvo sellado durante mucho tiempo... snif.
Cerveza de gallo
Si crees que la cerveza artesanal ya alcanzó niveles ridículos hoy día, no has visto nada: el portal British Food: A History guarda una receta de cerveza de gallo del siglo XVIII.
Tras numerosas investigaciones, el veredicto certificó que la bebida fue todo un hito de la época. Esencialmente, se componía de... un gallo triturado vivo, mismo que luego era dejado dentro de una tina de cerveza fermentada.
¿El resultado? Una cerveza de origen cruel y sabor muy "ácido". Se creía que era una bebida para incentivar la virilidad, y pronto se diversificó la receta: no sólo se usaban gallos, a veces se incluía sangre de animales recién sacrificados.
¿Te atreverías a probar alguno de estos platillos hoy día? Cuéntanos en los comentarios.
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