¿Cuándo será el momento de regresar a clases? Un estudio respondió definitivamente
En semanas recientes, destacan entre titulares mediáticos los casos de las naciones que mejor han manejado la pandemia por coronavirus (COVID-19).
Desde Vietnam hasta Nueva Zelanda: existen medidas preventivas y de contención que contribuyeron a reducir los contagios por dicha enfermedad, así como el manejo de casos existentes que resultó en numerosas recuperaciones exitosas.

No es de extrañar que en los países que "ganaron" la batalla, todo comience a percibirse con la rutina usual previa a los brotes de coronavirus, ello por supuesto incluye a las escuelas.

Miles de escuelas en China, Taiwán y Hong Kong ya cuentan con clases presenciales, en todas ellas las medidas de higiene cobran viralidad mundial y dan un "entremés" de las políticas sanitarias venideras (además de dar pie al ingenio de los memes por la inevitable comparativa).
Ahora bien, aunque las clases presenciales ya son una realidad para muchas sociedades contemporáneas, la mayor parte de los países en América aún se plantean un difícil debate: ¿cuándo hay que retomar el ciclo escolar ante una curva de contagios que parece no ceder?
Algunos países (como México) apuestan por el regreso a clases a más tardar para el primer día de junio, pero las prórrogas continúan ante el evidente riesgo que corren infantes, adolescentes y personal académico.
Secundando a las reflexiones que invitan a esperar para volver a la escuela, un estudio liderado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts MIT ( publicado en la revista especializada Science) sugiere que mantener las escuelas cerradas podría ser clave para reducir la cantidad de infecciones, así como evitar nuevos brotes y/o el avance de la pandemia.
Especialistas médicos y matemáticos aseguraron en dicha investigación, que eliminar las interacciones habituales en las escuelas permitiría una reducción de hasta un 64% en nuevos contagios.
Lo anterior se dio con una muestra de más de 1,500 individuos en un entorno académico, así como a conteos previos al pico de la pandemia en centros escolares de más de cinco países (ubicados entre la Fase 2 y 3 actualmente).
El documento reitera que los niños en edad escolar básica (de cero a 14 años, según el país de residencia) tienen probabilidades radicalmente menores de contagio en comparación con los adultos; sin embargo, representan un importante agente de trasmisión para las personas adultas de su alrededor, incluyendo a las más vulnerables (tercera edad y/o individuos con enfermedades crónicas).
Respecto al regreso a clases en junio, las autoridades mexicanas analizan la prórroga de la mano del subsecretario de salud, el doctor Hugo López-Gatell Ramírez, quien sugirió la fecha sin descartar una extensión tentativa en aras de priorizar la seguridad de los alumnos.
En específico para las naciones que apuestan por dejar las clases en línea, el 1° de junio parece ser una fecha esperanzadora por el cambio de mes. Es también el día en que Reino Unido pretende regresar a las aulas presenciales, pero el doctor Simon Clarke —profesor asociado en microbiología celular de la Universidad de Reading— retoma en sus entrevistas el estudio de Science para desestimar la fecha.
Aunque Clarke asegura que la investigación de Science únicamente se basa en un rastreo de contactos, considera que las políticas de distanciamiento social y sanitización son imprescindibles... pero NO todas las instalaciones escolares pueden llevarlas a cabo.
Las escuelas, como la mayoría de las oficinas, representan riesgos de nuevos brotes si se recurre a la apertura apresurada, Clarke llama urgentemente a reconsiderar la fecha de reapertura en las escuelas (de forma mínima para el caso de Reino Unido):
quote: Es muy pronto para retomar las escuelas presenciales en esta etapa (1° de junio). Podría ser un factor para el desarrollo de una segunda ola de contagios. Todo lo que hagamos hasta cierto punto para levantar restricciones, ejercerá un impacto en la curva de infecciones. Cualquier oportunidad para que las personas se mezclen, ejercerá una presión al alza de la enfermedad.
La evidencia en general muestra que los cierres de las escuelas reducirán la transmisión (junto a otras medidas conjuntas).
Si bien las escuelas de Dinamarca, Vietnam o China ya están abiertas a los alumnos y al personal, cada gobierno debe cuestionarse la etapa de la pandemia que enfrenta, así como los recursos preventivos con los que cuenta para retomar la "normalidad".
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