
En el norte de Botsuana, el río Okavango se detiene tras su paso por Angola y Namibia para extender su desembocadura en llanuras misteriosas hasta dejarse absorber por el desierto del Kalahari.
Uno de los ríos más peculiares del mundo posee un delta que supone todo un descubrimiento para los amantes del turismo de aventura no exento de cierto misterio. Te invitamos a cruzar en canoa el mágico Delta del río Okavango, en Botsuana, uno de los destinos africanos más prometedores del futuro.
Donde nadan los leones
A diferencia de cualquier otro río del mundo, el Okavango se detiene en algún punto del noroeste de Botsuana y despliega un delta que abarca hasta 22 mil kilómetros cuadrados, resistiéndose a llegar al océano y prefiriendo dejarse consumir por el lejano desierto del Kalahari. Sin embargo, antes de tan trágico destino, el delta del Okavango ofrece un sistema de humedales, canales y lagos moteados por nenúfares que conforman el último paraíso de África.
Las excursiones en mokoros, típicas canoas locales, acogen a tan sólo dos turistas, quienes se dejan guiar por el conocido como poler, uno de los muchos locales que trabaja para la asociación Poler's Trust, encargada de potenciar el ecoturismo en Botsuana desde finales de los años 90. La embarcación se adentra en esas mareas colmadas de plantas de papiro entre las que los cocodrilos juegan a despistar a sus víctimas, los murmullos exóticos invaden el escenario y la naturaleza se ha visto obligada a adoptar nuevas leyes.

De ahí que el león, por ejemplo, se haya visto obligado a nadar a la hora de cazar a los antílopes que pululan entre estos laberintos viscosos, siendo los únicos leones nadadores del mundo conocido.
Una de las especies estrella del delta junto al resto del combo Big 5: el mencionado león, el leopardo, el elefante, el búfalo y el rinoceronte, si bien otras especies como el hipopótamo o la cebra, y otras más peculiares como el perro salvaje de Botsuana o el babuino negro se dan cita en el delta, especialmente en la Isla del Líder (o Chief's Island), el mayor terreno insular de la zona.
La mejor época para visitar el Delta del Okavango reside entre los meses de abril y octubre, época seca en la que la apreciación de las diferentes especies es más abundante y el riesgo de zozobrar en tierras prohibidas menos probable.
Al mismo tiempo, la opción de contratar visitas desde la ciudad de Maun, hospedarse en campamentos de lujo tan exóticos como el Little Vumbura o el Mombo Camp, e incluso la posibilidad de sobrevolar el delta en avioneta al más puro estilo Memorias de África son algunos de los obligados a realizar en el río que nunca llegó a hacer el amor con el mar.
El Delta del Okavango en Botsuana, supone todo un desafío para los turistas que busquen algo diferente más allá de los típicos safaris africanos (una modalidad que, por supuesto, puede practicarse aquí aunque las normas sean algo diferentes). Ecos de un paraíso estancado en el que sus habitantes han adoptado comportamientos diferentes y lo impredecible aguarda a la vuelta de cada islote.
¿Te gustaría visitar el Delta del Okavango?