Crónica de viaje: Por qué lo estoy dejando todo para irme a recorrer el mundo
Si todavía no conocías de cerca a alguien que lo haya hecho, ¡ahora sí!
Seguro alguna vez has leído una inspiradora historia de una mujer que lo dejó todo para irse a recorrer el mundo. Lo que a mí me llama la atención cuando las leo es que la mayoría son mujeres que ya lo tenían todo: una casa y un buen empleo, o una pareja que las acompañe, y lo que decidieron hacer fue vender sus posesiones y usar el dinero que tenían ahorrado en el banco para solventar sus viajes o apoyarse en su pareja para que las cuide y ayude económicamente mientras viajan.
Pero entonces me pregunté: ¿qué pasa con las mujeres comunes y corrientes, que tenemos empleos que cuidar y una vida de clase media o media baja, y quizás no tenemos pareja? ¿Podemos también arriesgarnos a dejar nuestra precaria seguridad e irnos a vivir aventuras por ahí? Después de meditar e investigar al respecto, te cuento las razones de por qué estoy dejando todo para irme a recorrer el mundo.
#1 Estos son mis últimos años buenos

Haber sido madre a los 19 años fue una gran oportunidad y también un gran desafío. Mientras mis amigas estaban divirtiéndose, estudiando y viajando, yo estaba criando a mi hijo y buscando el mejor empleo posible para mantenerlo.
Y reconozco que siento que me quedaron cosas pendientes, cosas que quisiera haber hecho cuando era más joven. Porque los jóvenes tienen una energía e intrepidez que, a medida que nos hacemos mayores, vamos perdiendo. Así que una de las razones para dejarlo todo, incluso a mi hijo de 16 años con su padre, es sentir que estos son mis últimos años buenos.
Siento que ya di lo mejor de mí a mi hijo y contribuí lo mejor que pude a su bienestar, por lo que ahora es un buen momento para empezar a pensar en mí y en cumplir mis sueños, antes de que la vejez o las enfermedades empiecen a quitarme las ganas de correr aventuras.
#2 Tengo un trabajo portable
Ser escritora de Vix es, para mí, uno de los mejores trabajos del mundo. Esté donde esté, todo lo que necesito es una computadora y conexión a Internet para trabajar y ganar dinero que me permita costear mis gastos. Y aunque hasta ahora lo había usado para vivir como vivimos la mayoría (pagar el alquiler, comprar comida, etc.), de pronto me di cuenta que era el marco perfecto para vivir la vida de mis sueños.
Sé que si estás leyendo esto y quizás trabajas en una oficina, pienses que es algo que yo puedo hacer pero tú no podrías. ¡Pues déjame decirte que no es así! En mi investigación para irme a recorrer el mundo descubrí que hay hostales que te albergan a cambio de trabajar unas horas allí, quedándote horas libres para hacer otras cosas que te generen ingresos, como dar clases de español o trabajar de camarera en un restaurante.
Escribir online, vender cosas a través de una página web, tener tu propio blog o negocio por Internet, dar clases a través de Skype, son solo algunas de las cosas que puedes hacer cuando decides que quieres irte de viaje por el mundo.
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#3 Cumplir mis sueños antes de morir
Una de las cosas que más me impactó mientras meditaba sobre esta decisión, es que desde que nacemos nos estamos muriendo. Y aunque no sabemos cuántos días viviremos en total, cada día que pasa es un día menos que tenemos en este planeta.
Pensar esto me llevó a darme cuenta el gran deseo que tengo de cumplir mi sueño antes de morir. Y algo con lo que sueño desde que tengo 9 años (lo recuerdo claramente porque jugaba a eso) es ser una escritora viajera.
Por eso he decidido que ya es hora de hacer mi sueño realidad, y voy a empezar mi aventura en octubre de 2016 en la ciudad de Recife, donde estaré como voluntaria en un hostel para pagar la estadía, y escribiendo para Vix para pagar los gastos y seguir viajando.
Quise compartir esto contigo porque creo que, si realmente lo desea, cualquiera puede hacerlo; solo es cuestión de comprometernos realmente con nuestros sueños, saber que vamos a tener que hacer sacrificios y estar dispuestas a hacerlos, y buscar información (como estas páginas que te ayudan a viajar sin necesidad de tanto dinero) contactos e inspiración que nos demuestren que, con voluntad y pasión, todo es posible. ¡Nos vemos en Recife!