Creyeron que se trataba de un monstruo marino, y los científicos revelaron algo aún más sorprendente
La idea de que existan monstruos en las profundidades de la Tierra ha fascinado a los humanos durante siglos. Sucede que las personas se encuentran un extraño esqueleto en el mar y creen que se trata de un ser prehistórico, cuando realmente era de un tiburón. O como esta historia, en la que un hombre creyó encontrar una aterradora criatura que... no resultó serlo en lo absoluto.

Hans Pulsen Egede fue un misionario noruego que llevó el cristianismo a los inuit en Groenlandia. Egede es recordado por fundar Nuuk, la capital del país, así como por escribir una de las primeras descripciones de una serpiente marina. Su hijo, Poul Hansen Egede, fue quien vio al extraño ser en el océano y Hans se encargó de redactar su historia.
En el texto publicado en 1734, el misionero escribió:

La explicación más popular de aquel ser que vio Poul Egede fue que se trató de un calamar gigante. Pero un estudio de la Universidad de Saint Andrews en Escocia, propuso una solución diferente al mitológico misterio. Sobre todo porque encontrar un calamar gigante vivo en la superficie, no es algo común.
De acuerdo con las características físicas descritas por Hans Egede y las ilustraciones que la las acompañaron, los especialistas diagnosticaron que se trataba de un cetáceo. Pero como la representación en forma de serpiente no corresponde con la de una ballena, se propuso que el monstruo en cuestión podría haber sido el pene de una ballena.
El pene de la ballena de minke o rorcual aliblanco es uno de los más grandes del mundo. Esta especie puede ser vista en el mar de Groenlandia.
El análisis explicó que muchas ballenas tienen penes largos en forma de víbora, los cuales pueden alcanzar los 1.7 a 1.8 metros de largo. También es posible que Poul haya visto a más de un ejemplar en el mismo sitio y eso le hizo pensar que se trataba de una criatura gigantesca.
Psst, psst, mira: