El auge de la tecnología hace que cada vez estemos más pegados a nuestros gadgets y que no sepamos vivir sin ellos. De hecho, en anteriores oportunidades hemos hablado ya de aquellos que son recomendados en viajes largos y de las precauciones que debes tomar sobre las tomas de corriente y las clavijas eléctricas compatibles. Sin embargo, precisamente porque todos esos dispositivos se han convertido en nuestra rutina diaria, cada vez está más de moda el turismo alejado de lo tech, sin conexión alguna.
Off-Conection: cuando la desconexión es ventaja
La moda de ofrecer alojamientos sin ningún tipo de cobertura comenzó en el mundo de los establecimientos rurales. Alejados por norma de las localidades un poco grandes en las que las comunicaciones estaban aseguradas, lo que en principio era un problema, acabó por convertirse en un extra por el que los clientes estaban dispuestos a pagar por no poder conectarse a nada durante los días de estancia.

Sin embargo, al ver el auge de la idea, muchos otros establecimientos que sí disponían de conexión, al menos la 3G que todos tenemos en el móvil, apostaron por restringirla con inhibidores de las redes en sus instalaciones, impidiendo así a los usuarios que pudiesen conectarse a la rutina de nuevo mientras pasaban los días de descanso.
Una opción que no es para todos
Sinceramente, bajo mi punto de vista, mientras la primera de las opciones fue una gran idea, porque convirtió el punto negativo en un atractivo que además tiene todo el sentido de ser. Vivir la naturaleza dejando de lado la tecnología. En cuanto a lo segundo me parece exagerar demasiado las cosas. Si hay cobertura y un cliente quiere de verdad desconectar, apaga su móvil. Eliminarla por tener lo que no se tiene de base es un absurdo total.

Aunque para absurdo algunos hoteles que "requisan" la tecnología de sus huéspedes que solo es devuelta cuando se acaba su estancia off-conection. En fin, tiene que haber opciones para todos los gustos. Yo si quiero estar desconectada, o me voy sin móvil, o a un safari en África, en el que no habrá red en al menos 300 kilómetros a mi alrededor.