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Consejos para tomar un taxi en el extranjero

23 Oct 2013 – 01:00 AM EDT

El taxi suele ser nuestro primer medio de contacto con el país al que acabamos de llegar, un medio de transporte aparentemente fiable y con el que nunca tuvimos problema para utilizarlo en nuestros respectivos países. Sin embargo, las leyes de un nuevo destino cambian y los taxistas no sólo quieren ver remunerado su trabajo, sino también obtener otros beneficios. Para evitar más de un disgusto lo mejor será tener grabadas estas recomendaciones para tomar un taxi en países del extranjero.

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¿Cuáles son los riesgos?

En los stands de taxis de cualquier aeropuerto siempre permanecen los taxis oficiales, aunque son muchos los conductores que se suman al grupo con vehículos diferentes, haciéndonos creer que cumplen el mismo y fiable servicio. Sin embargo muchos de estos taxistas pretenden obtener más beneficio del estipulado por el recorrido marcado o quizás conducirte a lugares que nunca pediste ir.

Uno de los trucos más comunes de estos  estafadores es alargar tu ruta, aprovechando que eres primerizo en el país para realizar un tour que tú nunca pediste. De este modo consiguen más beneficios. Otro de los casos más comunes es hacerte creer que estáis en el buen camino hasta que termináis en supuestas "agencias de viajes" u "hoteles", nidos de pequeñas mafias o grupos extorsionadores que se aprovecharan de tu desconocimiento de la ciudad para venderte algún servicio turístico de dudosa calidad, algo muy desagradable por experiencia.

Finalmente, el objetivo más viejo del mundo pueda ser robarte u obtener más beneficio en el pago final mediante precios fijos y la ausencia de un taximetro que te impida saber cuando vas a pagar. De modo que permanecer junto vuestras mochilas y mantenedlas bien cerradas, y ante todo replicar si no os apetece pagar tasas fijadas.

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Consejos para turistas

En primer lugar debemos tener especial cuidado si llegamos a un país de noche y si es nuestra primera vez, pues ambas condiciones pueden convertirnos en un blanco fácil de los timadores. Si tenemos oportunidad debemos inspirar seguridad e incluso atrevernos a fingir que ya hemos estado antes en el mismo país, de modo que el taxista actuará con más cautela.

Al llegar al aeropuerto debemos acudir directamente a los stands oficiales de taxis de la ciudad, donde todos los permisos y rigores están establecidos como en cualquier país. Si teneis ocasión, anotad el número de la empresa que gestiona el servicio en caso de hacer alguna reclamación. 

Las mejores señas para reconocer si un taxi es oficial o no será remarcar si el vehículo lleva grabado el número de la empresa o algún cartel publicitario (si no lo lleva significa que posiblemente sea un taxista estafador). Al entrar en el interior de la cabina, comprobad también si hay taximetro y radio, especialmente este último, ya que si un taxi carece de este elemento y además el conductor se comunica con la central por teléfono sólo significa que está ejecutando las órdenes de un jefe con malas intenciones.

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Pensamiento positivo

No todos los taxistas de la ciudad pueden intentar estafarnos, de hecho a veces pueden servirnos como coach en un nuevo destino.

Si estamos satisfechos con nuestro taxista y no conocemos aún el modo de desplazarnos en los próximos días, podemos acordar con el mismo un servicio regular diario estableciendo unas tasas razonables para ambos. De este modo conoceremos la ciudad mediante un local y no tendremeos que preocuparnos por el transporte entre visita y visita. A cambio él puede que utilice sus contactos en la ciudad para llevarnos hasta lugares comerciales donde perciba una comisión por parte del comerciante. Una idea que, prejuicios aparte, tampoco puede ser tan descabellada, todos pueden obtener beneficio si hay comunicación.

Si no queremos que nuestro nuevo taxista sea nuestro transfer particular, al menos podremos pedirle indicaciones durante nuestra travesía, ya que nadie mejor que un conductor en un nuevo destino podrá explicarnos mejor los mecanismos turísticos, restaurantes o trucos para no perderte ninguna atracción turística.

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Tomar un taxi en el extranjero puede convertirse en una agradable experiencia o en el infierno más insufrible. Para ello debemos aplicar estos consejos, e incluso contratar un transfer para la primera noche de llegada si no estamos seguros y el cansancio nos hace perder reflejos. Ante todo, debemos concienciarnos de la idea de que no todos los taxistas tratarán de estafarnos, pero en ciudades de 20 mil o 40 mil de estos vehículos, el intento de estafa siempre será más probable. Mantened los ojos abiertos, seguridad y meditar vuestros pasos.

¿Alguna vez has tenido algún episodio incómodo con un taxi en el extranjero?

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