Cada vez que viajamos tenemos que tomar los recaudos necesarios según el lugar que vayamos a visitar. En el caso de viajar a un destino dónde vayamos a disfutar de las siempre atractivas playas los cuidados nunca están de más. Aquí van algunos concejillos.
Cada playa es un mundo aparte, por lo que debemos informarnos muy bien de las particularidades de la costa antes de adentrarnos al mar o realizar cualquier tipo de actividad playera.
Pensar que el único peligro de las playas se encuentra mar adentro es cometer un error. Por ejemplo, en muchas playas concurridas, entrar al mar y dejar nuestras pertenencias en la arena es arriesgarse a ser robados y perder todo lo que llevamos con nosotros (un ejemplo tan solo podrían ser las playas de Río de Janeiro en Brasil).
El hecho de que la playa a la que concurramos sea también un atractivo para los surfistas es algo ambiguo y tiene sus pros y sus contras. Si tenemos algún tipo de problemas y el mar nos arrastra hacia adentro, es bueno que haya surfistas pues en sus tablas (en la superficie el mar siempre es más controlable) podrán socorrernos. En cambio, si somos descuidados algún deportista podría golpearnos con su tabal y causarnos severas heridas.
El mar siempre debe respetarse y no es para nada recomendable bañarnos en zonas que no estén específicamente autorizadas para bañeros. Si lo hacemos (además de disfrutar de un ambiente solitario claro) corremos riesgo de ser atacados por animales marinos o de no conseguir ayuda inmediata en caso de necesitarla.
Los cuidados con el sol son siempre pocos en los días que corren. Protector solar además del bronceador, gafas oscuras y un buen sombrero son siempre útiles si no queremos acabar rojos e insolados y no poder disfrutar del resto de nuestras vacaciones.
Pedir indicaciones y consejos a los habitantes del lugar nunca está de más y puede facilitarnos mucho las cosas. Por otro lado, escuchar y respetar a los guarda vidas es casi una obligación, máxime si no conocemos bien las mañas de la playa.
Como ven hay mucho que tener en cuenta a la hora de relajarse y disfrutar del sol, el mar y la arena. Y no es cuestión de ponerse paranoico sino de ser responsables y así sacar mayor provecho al ocio.