En 1986, en la antigua República Socialista Soviética de Ucrania, un reactor explotó en la central nuclear de Chernóbil, el techo se desprendió y el contenido radiactivo fue liberado al exterior.
Eso resultó en una de las masacres más grandes de la historia, las comunidades vecinas se vieron obligadas a evacuar y en el caos, miles de perros quedaron atrás.
El cuidado de los perros callejeros de Chernóbil
Hoy en día, la zona de exclusión de Chernóbil es hogar de casi mil perros callejeros, descendientes de aquellas mascotas abandonadas.
A raíz de esta realidad, surgió un proyecto llamado « Perros de Chernóbil» que envía equipos de veterinarios entrenados para vacunar, neutralizar, esterilizar y brindar atención médica a los perros callejeros que viven en esa zona de exclusión.
El programa está dirigido por una organización sin fines de lucro de Estados Unidos llamada Clean Futures Fund, que busca donaciones de equipos para sus operaciones.
Además, los animales reciben etiquetas electrónicas y collares especializados de radiación de vigilancia para poder trabajar con el gobierno local en comprender los niveles de exposición radiactiva de la zona.
Gracias al proyecto, y en tres semanas y media, ya se han logrado esterilizar, castrar y vacunar a más de 300 perros y gatos callejeros.
Se trata de una iniciativa muy importante, no solo para los animales sino también para el turismo. Los animales están expuestos a enfermedades como la rabia, y el aumento de turismo implica que haya que evitar que no haya riesgos si las personas van a interactuar con estos animales.
Su increíble supervivencia
Se estiman que más de 250 perros callejeros viven alrededor de central nuclear, y al menos 225 vagan por las calles de la antigua ciudad soviética, mientras que cientos de ellos viven en el campo circundante.
Como consecuencia, estos perros sufren desnutrición y se encuentran en grave riesgo de enfermedades.
Los veterinarios también notaron que no hay perros mayores de ocho años de edad, lo que indica que las condiciones de la vida en la calle pueden ser muy difíciles para estos animales.
La zona de exclusión, a pesar de haber sido abandonada después del desastre, sigue siendo visitada, y se cree que por eso los perros han logrado sobrevivir al ambiente desolado, obteniendo cuidado y comida de las personas que aún trabajan en la ciudad o que visitan la zona.
La vida silvestre de la zona
El área cuenta con altos niveles de radiación que repercute en los animales, no solo en los perros. Por ejemplo, estudios han demostrado que los ratones que viven en Chernóbil, tienen altos niveles de cataratas, a causa de la radiación.
Sin embargo, curiosamente, la vida silvestre ha logrado prosperar en la zona cercana, ya que hay un número relativamente alto de lobos, jabalíes, zorros rojos y perros mapaches.
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