¿Cómo es que llegaron a esto? La pregunta surge porque cualquiera que piense en la realeza, cree que llevan una vida de ensueño, riqueza, lujos y todo lo que se necesita para ser feliz.
Pero después de estas tenebrosas historias, te vas a convencer de que a veces el dinero no lo es todo.
Jorge III
Jorge III rey de Inglaterra es famoso por su enorme locura, a tal grado que incluso se han hecho películas sobre su vida como “La locura del rey Jorge”.
Este rey fue gobernante desde 1760 a 1820 y fue su espeluznante enfermedad la que hizo que este rey quedara grabado en la historia. Sufría de la enfermedad de porfiria que ataca al sistema nervioso y causa lagunas mentales y daños neurológicos. Esta enfermedad representó un trago muy amargo para Inglaterra, cuyo bienestar dependía de la salud del monarca.
En sus últimos años, el rey Jorge III permaneció aislado en el castillo de Windsor, en una habitación enrejada y con camisas de fuerza.
Rey Carlos VI
¡Cómo no se iba a volver loco!, si fue coronado como rey de Francia en 1380, cuando tenía tan solo once años de edad.
Por mucho tiempo, no obstante, fue considerado un buen mandatario e incluso se lo bautizó como “Carlos, el bien amado”. Pero el transcurso de los años esfumaron su buena reputación e hizo que se le conociera como “Carlos, el Malo”.
Su locura se tornó cada vez más notoria debido a comportamientos extraños y su negativa a bañarse por días. El punto de inflexión, sin embargo, se dio cuando, tras sentirse muy agitado con el sonido de una lanza que cayó durante un viaje, mató a todos sus hombres. Después de ese evento cayó en coma por dos días, y durante los años siguientes su estado mental decayó, al grado de no reconocer a sus hijos y esposa. Murió en 1422 cuando su estado mental era bastante crítico.
Ludwig II, rey de Baviera
Durante su reinado, Ludwig II gastó todos sus fondos personales en la construcción de castillos que en la actualidad siguen siendo una inminencia. ¡No es para menos! Él se empeñó en que estos castillos fueran mágicos, dignos de un cuento de hadas.
Debido a este empeño en la construcción y por comportamientos excéntricos, muchos comentaron que se encontraba loco.
Su muerte sigue envuelta en un velo de misterio: días después de que lo declararan loco, fue encontrado muerto junto con su psiquiatra en el lago Starnberg.
Otto de Baviera
Otto fue quien remplazó a su hermano loco, el rey Ludwig II, de quien te acabamos de contar. No imagino cómo decidieron cederle el trono, dado que Otto tenía una reputación bastante peor que la de su hermano.
En una ocasión, miembros de la delegación de su reino lo encontraron en una situación patética, balbuceando y en plena crisis nerviosa, luego de haber destrozado toda una costosa vajilla de porcelana.
Iván IV
El origen de la locura de este monarca ruso se debió a su dura infancia, ya que a muy temprana edad sufrió la pérdida de sus padres y pasó a manos del gobierno ruso, quien abusó de él durante muchos años.
Cuando tomo posesión del gobierno, este empezó a manifestar comportamientos abominables, ya que ventilaba su frustrada infancia con la tortura de animales y miles de personas. ¡Esto no es todo! En un ataque de cólera, mató a su hijo mayor.
María I de Portugal
La reina María empezó con su deterioro mental cuando vio morir a su esposo en 1786. Después fue decayendo poco a poco y se desestabilizó por completo cuando su hijo mayor murió a causa de la viruela.
Entonces, en 1792 fue declarada oficialmente insana, por lo que dejó de gobernar y fue encerrada en una habitación en la que pasaba todo el día. Los vecinos se quejaban de sus terribles gritos. Fue trasladada a un convento en Río de Janeiro donde murió en 1816.
¿Puedes imaginar la vida tan triste que llevó?
Juana de Castilla
¡Lo que puede hacer el amor!
Juana se casó con un príncipe muy guapo llamado Felipe. Su matrimonio fue arreglado por sus padres, pero ella se enamoró perdidamente de él.
Cuando su esposo muere a causa de la fiebre tifoidea en 1506, no permitió que se le enterrara, así que él yacía en una habitación aislada en la que ella iba cada vez que lo extrañaba para poder observarlo.
María Leonor de Brandeburgo
Se dice que estaba completamente desesperada por darle un hijo a su esposo. Por fin, después de varios abortos involuntarios pudo dar a luz a una hermosa niña. Sin embargo, cuando la vio dio un grito tremendo: "¡En lugar de un hijo, se me ha dado una hija, con ojos negros y una gran nariz. Aléjenla de mí, no voy a tener un monstruo!". ¿Puedes imaginarla?
Su estado mental llego a tal deterioro que en varias ocasiones intentó matar a la pequeña llamada Christina, a pesar de que su padre estaba feliz de tenerla.
Después de algunos años, el rey murió en una batalla y esto significó la verdadera perdición para María. Al igual que Juana de Castilla hizo que su esposo reposara en una habitación aislada para que pudiera verlo y tocarlo periódicamente. Y para agregar aún más locura, hacía que su hija durmiera sobre una urna de oro, que contenía el corazón del rey difunto.
Mustafá I de Turquía
¡Cómo no iba a enloquecer!, si por petición de su hermano fue encerrado en una habitación durante ¡10 AÑOS!
Su locura fue agravándose por ese extenso encierro y por los contantes cambios que vivió a lo largo de su vida:después de la muerte de su hermano fue liberado de su “jaula de oro” para asumir el trono, pero unos pocos meses después regresó a la misma habitación ya que el hijo de su hermano se hizo cargo del reino. Cuatro años después, el rey muere y Mustafá es nuevamente liberado para ser coronado rey, pero su locura ya estaba muy avanzada y se dice que se la pasaba gritando por su sobrino fallecido por todo el palacio.
Alexandra de Baviera
Alexandra era una hermosa princesa, pero su encanto se desvaneció cuando su afán por la limpieza empezó a deteriorar su estado mental.
Después de haber conocido a todos estos personajes, me pregunto, ¿será que el poder nos torna más vulnerables a la locura? Por otra parte, ¿no tendremos todos un cierto grado de locura?
Sigue leyendo: 10 imágenes históricas que te pondrán la PIEL DE GALLINA