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Bandiagara: el acantilado de arenisca en Mali

27 Jul 2011 – 05:06 AM EDT
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Mali es uno de los países más extensos de la zona occidental del exuberante continente africano. A pesar de ser un estado sin litoral es una tierra bañada por largos e importantes ríos navegables, como el tropical río Senegal y el majestuoso río Níger.

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Es un país donde gobierna el desierto y la sábana en iguales magnitudes, y que enamora con su confluencia de expresiones étnicas y su cultura arraigada que se niega a quedar dormida.

Una de las expresiones más claras y reales de estas manifestaciones, la encontramos en el pueblo dogón, un pueblo de agricultores y herreros que desde el siglo XII eligió un paraíso de roca y pendientes para escapar de los ataques continuos de los que eran víctimas. Hoy, compartiré contigo la magia de la historia y la visión del poder de la naturaleza de ese lugar sagrado: los Acantilados de Bandiagara .

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Esta “fractura geográfica” de unos imponentes y dominantes 150 km de extensión entre sabanas y aguas dulces ha sido el refugio perfecto para los habitantes del pueblo dogón desde muchas épocas ya perdidas. Temerosos de las “caserías musulmanas” en búsqueda de esclavos, se establecieron en estos acantilados, con la promesa en sus corazones, de ser libres. Ahí, bajo la protección de un manto accidentado de roca, emplazaron sus ciudades de arcilla, paja y barro, mimetizándose a la perfección con su nuevo hogar.

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Esta zona de gran importancia arqueológica, etnológica y geológica que hoy en día aún los guarda, también ha sido habitada por otros importantes grupos como los Tellem y los Toloy.

Los acantilados de bandiagara, se elevan unos 500 metros, sobre ese suelo que habitúan pisar los mortales, como un reino de arenisca. Los turistas, hoy en día, tienen también la posibilidad de presenciar este obsequio del tiempo. Las visitas guiadas son diarias, una excelente forma de realizar trekking en una zona declarada patrimonio de la humanidad. Estas excursiones inician habitualmente en la ciudad de Mopti, e incluyen una jornada donde podrás conocer de cerca al pueblo de dogón. Otras alternativas te ofrecen además un recorrido a camello por el Sahara.

Bandiagara te ofrece la combinación de colores llenos de sabor, desde sus vistas pintadas de verde hasta sus raíces de color verano, un paisaje hecho a la medida para albergar ancestrales y exóticas costumbres que no te dejarán olvidar Mali.

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