Arqueólogos encuentran un pozo medieval en Inglaterra… con una maldición
Las creencias medievales resultan realmente extrañas en la época moderna, pero para las personas que vivieron durante esos años, era cuestión de todos los días. El pozo de Santa Ana, encontrado cerca de Liverpool en una granja privada, tiene una larga historia de supersticiones. Según parece era capaz de curar los ojos y la piel, además de lavar los pecados. Todo eso hasta que cayó una maldición sobre él, causando incluso una muerte.
Cuando fue encontrado, el pozo estaba cubierto de tierra, pero esto tiene que ver con el arado que se ha hecho en la zona. Es por eso que se requirió una excavación, aunque luego de ella se vio que estaba en buenas condiciones. Está construido con piedras de la zona y dos escalones que llevan hacia la entrada.
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La historia
La zona inglesa tenía varios pozos sagrados y este es consistente con las descripciones. Los análisis dan resultados acordes con la época medieval y todo parece indicar que se trata de fechas tardías, es decir, del siglo XIV. Antes de esos años el culto a Santa Ana todavía no estaba tan difundido.
Las personas descendían en el pozo por los escalones hasta estar dentro. Medía aproximadamente 1,5 metros de profundidad y el agua desbordada iba a parar a un conducto de piedra. Supuestamente Santa Ana se había bañado en él y de ahí provenían sus poderes curativos. El pozo estaba cerca de un monasterio cercano, disuelto años más tarde durante la época de Enrique VIII.
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Una disputa por las tierras
Aunque los monjes siempre utilizaron el pozo, en el siglo XVI un terrateniente cercano dijo que en realidad estaba en sus tierras. Predijo que en poco tiempo el monje superior perdería su título, y así fue como en pocos días fueron desalojados por el rey. El monje puso entonces una maldición, diciendo que el terrateniente moriría en un año y un día.
Desde entonces el dueño de las tierras solo vivió desgracias. Primero perdió a su hijo, luego tuvo varias pérdidas financieras hasta que un día desapareció misteriosamente. Se lo encontró muerto en el pozo, con la cabeza rota. Eso no impidió que el pozo siguiera siendo visitado incluso hasta el siglo XIX.
Aunque hoy en día está amenazado por los cultivos y el uso de maquinaria agrícola, los investigadores están haciendo lo posible para preservarlo. Es una parte de la historia religiosa y aunque hoy ya no sea visto como un modo de curación, es importante para conocer la Edad Media.
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