Hay algunos animales que demuestran tener unas habilidades sorprendentes. Aunque en ocasiones es difícil conocer las verdaderas capacidades de muchos de ellos estudiándolos en la naturaleza, los científicos, siempre llenos de preguntas e inquietudes, se las arreglan para diseñar experimentos que les permiten llegar a las respuestas y con ello comprender mejor el funcionamiento del mundo natural.
Uno de estos experimentos intentó demostrar cuán alto pueden volar los abejorros alpinos que es uno de los insectos que a mayor altitud se han detectado volando en busca de alimentos. La respuesta dejó boquiabiertos a los investigadores.
Abejorros que desafían la altura
Los abejorros que se sometieron al estudio pertenecen a la especie Bombus impetuosus, la cual es abundante en zonas montañosas asiáticas, en particular en la cordillera del Himalaya, donde están algunas de las montañas más altas del mundo, incluido el Monte Everest (8848 metros).
Estos insectos se encuentran con mucha frecuencia por encima de los 4000 metros de altitud, aunque se han registrado casos incluso por encima de los 5 kilómetros y medio de altura. Esto resulta sumamente interesante para los biólogos ya que a dichas altitudes la densidad del aire y los niveles de oxígeno disminuyen considerablemente, por lo que para mantener una actividad que demanda tanta energía como es el vuelo, implicaría importantes adaptaciones fisiológicas por parte de estos. Las preguntas obligatorias entonces son ¿cómo lo hacen y hasta que altura serían capaces de volar?
Detalles del experimento
Para dar respuesta a estas inquietudes, dos zoólogos desarrollaron un experimento para que cual se desplazaron hasta las montañas de Sichuan, en China, y atraparon cinco aberrojos que forrajeaban a 3250 metros. Los insectos fueron introducidos en una cámara especial y una vez que comenzaron a volar, mediante un mecanismo se simuló la disminución de la presión atmosférica en tramos de 500 metros hacia arriba.
Asombrosamente, a pesar de los cambios drásticos en la densidad del aire en la cámara, todos los abejorros siguieron volando hasta alcanzar una presión equivalente a la que habría a 7400 metros. Dos de ellos, incluso superaron el equivalente a 9 kilómetros de altura, ¡más alto que el Monte Everest!
¿Cómo modifican su vuelo?
Para saber a ciencia cierta c ómo modificaron su mecanismo de vuelo con la altura simulada, los científicos se apoyaron en imágenes de vídeo a cámara lenta en la que pudieron ver que, contrario a lo que podía esperarse, los abejorros no incrementaron su frecuencia de aleteo, algo quizás energéticamente muy costoso en alturas donde escasea el oxígeno. Lo que hicieron fue aumentar el ángulo de batida de sus alas, con lo cual empujaban más moléculas de aire hacia abajo, impulsándolos mejor hacia arriba.
Los investigadores plantean que sería raro que en la naturaleza los abejorros se aventuraran a alcanzar tales alturas debido al incremento del frío a medida que se incrementa la altitud, algo que quizás sí es un freno importante para ellos. Quizás, entonces, esta estrategia sea empleada en alturas menores pero durante labores exhaustivas para ellos como por ejemplo, durante la carga de alimentos, pues se sabe que estos animales son capaces de portar elementos como el néctar o el polen, que pueden llegar a pesar hasta el doble de su propio cuerpo.
Asombroso, ¿verdad? Seguramente igual de interesante te parecerá conocer que abejas entrenadas pueden detectar el cáncer.