En pleno siglo XXI concebir un viaje sin celular nos resulta algo impensable, especialmente por todas esas fotos que no podremos compartir en nuestro muro de Facebook, no poder jugar a la última versión de Angry Birds mientras esperamos el vuelo o, en todo caso, dar señales de vida.
Sin embargo, y aunque parezca imposible de concebir, quizás estas 8 razones para no llevar tu celular a tu próximo viaje te convenzan y, seguramente, te acerquen algo más a la libertad que supone hacer un viaje sin tecnología.
Así sería un viaje sin celular...
Menos broncas en cabina
No apagar el móvil durante el despegue y el aterrizaje del vuelo es señal de más de un toque de atención que puede terminar en bronca por parte del auxiliar de vuelo. ¡Adiós a eso!
¡Adiós, querido!
Muchas veces viajamos para olvidarnos de alguien, salvo que el resto de la travesía la pasamos cotilleando sus últimas fotos en Facebook o comprobando la última hora en que se conectó a Whatsapp.
Decirte que te olvides de él o ella siempre resulta fácil pero poco efectivo. Sin embargo, viajar sin celular te asegura sí o sí esa total desconexión.
Escribir una postal
Comentarle a tu familia y amigos la experiencia mediante una app de mensajería resulta el modo más sencillo de comunicarnos. Y nosotros nos preguntamos, ¿qué hay de las postales? De esas dedicatorias y pensamientos más profundos, de los nervios por saber si la postal llegará antes de que nosotros regresemos, del mejor de los regalos que podemos hacerle a un ser querido cuando viajamos.
El sentido de la aventura
Gracias a las apps podemos saber la calificación de un restaurante, conocer la historia de cierta catedral o descubrir el ATM más cercano; algo funcional desde luego. No obstante, suprimir la tecnología supone el verdadero sentido de la aventura, de preguntar a un local, arriesgarte a nuevos sabores sin que te importen esas otras opiniones o, simplemente, dejarte llevar libre de prejuicios y condicionamientos.
Vivir el momento
Muchas veces parecemos más obsesionados en capturar el momento, esa playa, nuestro último plato de comida exótica. Necesitamos mostrarlo al mundo y a las redes sociales sin percatarnos de que nos estamos perdiendo ese preciso momento, restando tiempo a una experiencia que nunca volverá a repetirse.
Facturas demasiado altas
El roaming puede convertirse en el peor quebradero de cabeza para cualquier viajero adicto al móvil, a juzgar por esas veces que olvidamos conectar al wifi o nuestra tendencia a llamar a nuestro padre y pasarnos dos horas hablando por teléfono es lo normal... aun estando en un país extranjero.
Al regresar comprobamos que la factura asciende a 500 dólares y tu padre no va a ayudarte a pagar el dinero que has gastado durante TU viaje.
No te robarán
Nos llevamos las manos a los bolsillos y comprobamos que nuestro querido celular último modelo no está. Volvemos al último bar en el que estuvimos, le preguntamos al camarero... pero no, la intuición está en lo cierto: te lo han robado. Algo que no pasaría si, directamente, viajaras sin móvil.
¡Serás libre!
En definitiva, la tecnología nos convierte en sus particulares esclavos, condicionándonos a echar manos de ella en todo momento sin pensar que hasta no hace más de veinte años la gente viajaba por el mundo sin celular y no le pasaba nada. Al contrario, seguramente eran mucho más libres.
Esperamos que estas 8 razones para no llevar tu celular a tu próximo viaje te convenzan a la hora de experimentar esa nueva aventura en un país extranjero. Haz uso del cybercafé, de esas antiguas cabinas de teléfono y, sobre todo, no olvides enviar una postal. Nunca.
¿Te animas a viajar sin celular la próxima vez?