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5 razones para amar vivir en una ciudad pequeña

6 Feb 2015 – 04:30 PM EST
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¿Campo o mar? ¿Ciudad o pueblo? A la hora de mudarnos o establecernos en cierto lugar siempre nos hacemos muchas preguntas. Los hijos, las opciones laborales, buenas infraestructuras, servicios competentes y un largo etcétera que, si lo pensamos bien, pueden convivir perfectamente si nos decantamos por vivir en una ciudad pequeña.

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1. Mejor vida social

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Aunque parezcan abiertas y competentes, encontrar amistades en una gran ciudad no siempre es tan fácil como nos lo han contado. La gente lleva una vida más dinámica y la sociedad se divide en ciertas tribus urbanas o grupos sociales a los que no es tan fácil acceder. Por otra parte, en los pueblos siempre conocemos demasiado bien a todo el mundo (y nos conocen). Una ciudad pequeña cumple su condición de lugar dinámico pero de mayor cercanía entre las personas sin olvidarnos del necesario anonimato en algunas ocasiones.

2. Más tranquilidad

Las ciudades pequeñas siempre se sitúan en un punto intermedio, ni muy ruidosas pero tampoco demasiado aburridas. La tranquilidad es una de sus ventajas gracias a buenas zonas verdes, unos atascos de tráfico que suelen concentrarse en la zona centro y una contaminación industrial que suele reservarse para los suburbios. Dar un paseo o ir de un lado a otro de la ciudad para trabajar se convierte en algo disfrutable.

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3. Más salidas

Cuando vivimos en una gran ciudad, el hecho de salir y tomar el transporte público nos da una pereza que preferimos hacer vida en casa. Igualmente, si salimos, solemos movernos siempre por la ciudad ya que creemos tener todo lo que necesitamos en ella. Vivir en una ciudad pequeña te permite disfrutarla sin estar todo el tiempo en casa y, al mismo tiempo, planear excursiones a lugares cercanos o viajar a un pueblo vecino.

4. Ahorro

En una ciudad pequeña tenemos exactamente lo que necesitamos: colegios, farmacias, hospitales, bancos y bares. No tenemos que sucumbir a la locura de las grandes ciudades, donde la gran cantidad de superficies comerciales o la necesidad de tomar transporte en todo momento se llevan parte del dinero que ahorraremos yendo a todas partes o sustituyendo el shopping por el hiking.

5. Lo mejor de cada lugar

Tras leer las anteriores razones te darás cuenta de que, definitivamente, las ciudades pequeñas poseen lo mejor de los pueblos y ciudades: vecinos a los que saludarás cuando vayas al trabajo, más aire puro, la misma calidad en servicios y ofertas de ocio y, especialmente, la certeza de vivir en un sitio que dominas y del que te sientes que formas parte en la mayoría de los aspectos.

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Estas 5 razones para vivir en una ciudad pequeña residen en la perfecta combinación de elementos que te permiten vivir en un lugar con toda calidad de servicios sin renunciar al anonimato de la gran ciudad y la tranquilidad de los pueblos. Como ideas, se nos ocurren Notthingham en Inglaterra, Granada en España, Burdeos en Francia, Montevideo en Uruguay o Córdoba en Argentina. Así que no lo dudes más.

Y a ti, ¿dónde te gustaría vivir?

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