4 curiosos relatos de supuestos brujos que controlaban a sus poderosos jefes
Desde la prehistoria, los hombres de poder han buscado la ayuda de potencias mágicas para apoyar sus decisiones y conseguir protección. Los antiguos gobernantes griegos y romanos no hacían nada importante sin consultar al oráculo y los sacerdotes y pitonisas que fungían como intérpretes gozaban del envidiado privilegio de tener línea directa con los dioses.
Pero la influencia mística en los poderosos es algo que está muy lejos de haber quedado sepultado en el pasado remoto. Mira estos relatos de brujos que controlaban a sus poderosos jefes. O que lo siguen haciendo.
Grigori Rasputín, el brujo que se negaba a morir
Grigori Rasputín, un místico ruso apodado el « Monje Loco», logró gran influencia en la corte de Nicolás Romanov, particularmente a través de la zarina, por la fama que ganó como sanador con oraciones.
Cuando el famoso mago Harry Houdini hizo una presentación ante el zar y su familia en San Petersburgo, parece que Rasputín estaba preocupado ante la posibilidad de que un hechicero más avezado le quitara el real favor.
La aristocracia rusa lo asesinó en 1916 para terminar con un influjo que consideraban peligroso para el gobierno del zar. El hombre demostró sus poderes en trance de muerte. El veneno no le hizo efecto. Un tiro no fue suficiente. Exasperados, los asesinos le metieron otros dos balazos y lo lanzaron encadenado al río Neva, no fuera cosa que despertara y escapara.
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Telmo Romero, el brujo que casi fue rector de la Universidad Central de Venezuela
Telmo Romero fue un brujo venezolano del siglo XIX que decía tener pócimas y menjurjes para curar desde la gripe hasta la locura, cuyas recetas recibía de hechiceros indígenas.
Logró aliviarle un malestar con una infusión al presidente Joaquín Crespo, ganando tanto el favor gubernamental, que Crespo prefería sus recetas a las de los médicos.
Se convirtió en asesor presidencial en el recién creado Ministerio de Salud, dirigía los hospitales de Caracas y no alcanzó el rectorado de la primera universidad del país por la oposición de los estudiantes.
El brujo personal de los Perón
José López Rega fue un ministro de creencias esotéricas, de gran influencia en los gobiernos peronistas, incluidos los de Juan Domingo Perón e Isabel de Perón.
Era tan entendido, que publicó un libro sobre astrología. Controlaba a la viuda de Perón y copaba los puestos importantes del gobierno con gente de su confianza.
Murió en la cárcel esperando juicio por los crímenes cometidos durante su enigmática carrera política.
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El equipo multidisciplinario de Fidel Castro
Incluso personajes casados con el materialismo histórico, de confesión ateos, atienden a autoridades extraordinarias en búsqueda de iluminación.
Fidel Castro necesitaba más de un vidente. Recurría a paleros, santeros y babalawos, y recomendaba los más competentes a su dilecto amigo, el fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez.
¿Qué te han parecido estos relatos de brujos que controlaban a sus poderosos jefes? Son casos de la vida real ¡Aunque seguro que los de Harry Potter y Frodo Bolson te parecen más divertidos!
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