¿Ya pasó tiempo suficiente? ¿Sientes que has superado el duelo del ruptura y estás lista para volver a conocer hombres? No es fácil reconocer cuándo es el momento para volver al juego y el error puede hacerte pagar con situaciones hirientes. Pregúntatelo hasta que puedas dar una respuesta con certeza y, mientras tanto, considera estas líneas.
Resentimiento, furia, deseo de destrucción. Ninguno de estos pensamientos negativos favorecerá el desarrollo de un nuevo vínculo. No es sensato hacer pagar a sus compañeros de género por los delitos de tu ex. Si todavía sueñas con una imagen del Innombrable ahogándose en la bañera, te queda un largo camino por recorrer.
Concéntrate en la idea de que tu malestar fue producido por un individuo en particular y que no necesariamente todos los hombres actúan igual; evita toda tentación de encontrar similitudes o simplemente exteriorizar frente a cualquier hombre tus hipótesis sobre la conducta masculina basadas en el análisis de la experiencia con tu última pareja.
Superando la depresión total. La tristeza no se irá mágicamente cuando salgas con otro. Menos aún si los buenos recuerdos te atormentan en las noches de nostalgia. Tienes que ser muy paciente. Quizás necesites llorar durante días, o hablar con tu mejor amiga hasta quedar sin voz.
Una vez que la angustia ceda y puedas entrar en actividad comienza a hacer todas aquellas cosas para las que no tenías tiempo cuando estabas en pareja. Anótate en el gimnasio, comienza un taller de arte, practica meditación o haz ese curso de vitraux que acaba de empezar.
Reconócete frente al espejo. A pesar de los momentos difíciles que hayas vivido, en algún momento deberás sentirte fortalecida. Deberás poder mirarte al espejo y saber exactamente en qué cosas no quieres reincidir. Debes saber qué es lo que vas a salir a buscar. De lo contrario, podrás ser fácilmente decepcionada. Admite tus defectos, admira tus virtudes y acéptate tal cual eres. Muéstrate tal cual eres.
Cuando llegue el momento de volver a salir en una cita te darás cuenta. Dejar atrás el pasado implica muchas veces perdonar y perdonarse. Reencuéntrate contigo misma y busca qué es lo mejor que tienes para dar.