Conoces a un hombre, salen por un tiempo, te visita a tu casa. Es atento, detallista, amable... En fin, parece ser el hombre ideal hasta que te vas a vivir con él y ¡oh sorpresa! Hay otra mujer más importante en su vida.
Si bien para todas las personas las madres son un pilar muy importante y ejercen una gran influencia en nuestra vida, hay una línea muy estrecha entre una relación normal y una enfermiza con las madres, algo que parece que cada vez más se da en los hombres de hoy, quienes a una edad madura y con la intención de hacer su propia familia, no sueltan el cordón umbilical. ¿Quieres saber si tu hombre es dependiente de su madre?
Relación hombre-madre: indicios del problema
Cuando conocí al chico en cuestión, la impresión que me dio fue que era muy allegado a su familia y como yo vengo de un hogar sano y amoroso, jamás lo vi a mal; amable con su madre, atento, ¿qué malo podría pasar? Pero cuando estrenamos casa, el cuento de hadas comenzó a tornarse en pesadilla…
Si notas algunas de las siguientes vivencias como en mi caso, ¡cuidado! Tu pareja puede estar sufriendo un caso de mamitis aguda.
Necesita consultarle todo
Está claro que la mayoría de los padres se sienten preocupados por sus hijos cuando inician una nueva vida y esto los hace cuestionar cosas cómo dónde van a vivir, qué van a comer, etc. Pero también un padre respetuoso sabrá que debe confiar en las decisiones de su hijo y mantenerse a raya.
En cambio, cuando existe una relación enfermiza entre madre e hijo, ésta le cuestionará todo y él tendrá esa necesidad de darle cuentas de cada detalle de su nueva vida y pedirle además su opinión.
Si al momento de comprar la sala tu pareja te dice “dejemos primero que venga mi mamá a ver qué opina” es una señal de alerta.
Ella te descalifica a ti por todo
Bueno, digamos que hasta cierto punto es normal sentir celos cuando un nuevo integrante llega a la familia y más si la mamá estaba acostumbrada a lavarle, plancharle y cocinarle al hijo. Pero de eso a que te diga que todo lo haces mal o darte una guía detallada de cómo debes actuar, hay una gran diferencia.
Frases como “A mi hijo le tienes que hacer su café todas las mañanas”; “¿Qué hiciste de comer? Porque a mi hijo no le gusta el arroz blanco, así que hazlo rojo”; “¿Por qué pusiste cortinas en la cocina? A mi hijo no le gustan, quítalas”, “¿Por qué compras de esa marca? Yo uso esta otra y a mi hijo es la que le gusta", indican la presencia de una suegra metida y, por supuesto, de un hombre dependiente.
Lo hace sentir inútil
Es aquí donde comienzan las disyuntivas. Por un lado, la madre idealiza a su hijo haciéndote sentir que tú no eres suficiente pero por otro lado lo critica y controla.
Esto es precisamente parte de la relación poco sana, ya que madres así atacan la autoestima de los hijos para que siempre las necesiten. Ellos no pueden tomar decisiones o sentirse seguros si no lo aprueba primero su madre y quizá esto funcione mientras están solteros, pero no al formar su propia familia.
Chantajean emocionalmente
Si has oído frases como “Desde que estás con ella ya no me haces caso”, “Nadie me cuida a mí”, “Yo sé que voy a morir sola” y casualmente vienen cuando tú más necesitas de tu pareja, mucho ojo.
A esto se le llama chantaje emocional y algunas madres son expertas en hacerlo. Si criticar, controlar o estar de entrometidas no es suficiente, lo siguiente es hacerle sentir culpa.
La solución a esta relación enfermiza
Cuando hay una relación de este tipo entre tu pareja y su madre, sinceramente es muy difícil que ella cambie o entienda. En este caso eres tú quien debe descifrar si quieres llevar este tipo de vida o de lo contrario poner límites a los que tu pareja debe acceder y apoyarte completamente, darte seguridad y prioridad.
¿Te ha pasado?