En las discusiones de pareja se discute, esto es así. La convivencia o los roces diarios hace que las personas discutan y más si se trata de una relación de pareja, pero esto no debe ser algo negativo si se sabe cómo hacerlo de manera constructiva y sin hacerse daño mutuamente.
Pero ¿cómo tener discusiones de pareja para que nadie resulte dañado? ¿Cómo conseguir que el orgullo no entorpezca una relación de pareja sana? ¡Veamos!
Sin reproches
Lo primero que se debe evitar en una discusión de pareja es lanzar de forma indiscriminada reproches personales, ya que sólo hacen daño y hacen crecer la discusión sin ayudar a que la cosa mejore.
Para expresar tus emociones y sentimientos deberás ser asertiva y expresarte de tal manera que digas cómo te sientes tú según algo en concreto, así tu pareja te conocerá mejor y transmitirás respeto hacia él. Un ejemplo sería: "Me siento mal cada vez que me hablas con ese tono de voz" en lugar de "Eres una mala persona siempre me estás gritando".
Los trapos sucios se lavan en casa
Si empiezan a discutir en la calle es mejor que lo dejen para más tarde por dos motivos: para relajarse y ver las cosas desde otro punto de vista después y también para no formar un escándalo innecesario delante de todo el mundo. Las personas de su alrededor no tienen por qué sentirse incómodas por lo que a se les ocurra.
Además esto ayudará a cambiar la percepción de lo ocurrido y así poder ver el problema como una oportunidad de mejora en la relación.

Inteligencia emocional como clave
La inteligencia emocional es la clave para resolver de la mejor manera posible una discusión de pareja.
Es importante que no te coloques ante una actitud defensiva o de víctima porque es tu pareja quien está a tu lado, quien se supone que te quiere y te desea lo mejor del mundo. Por eso resulta mucho más sano tener una actitud de escucha y aprendizaje.
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¿Y si discutimos mucho?
Si su relación se basa en las discusiones y no existen apenas tiempos de calma y felicidad conjunta deberás reflexionar sobre qué te aporta esa relación y si realmente vale la pena continuar como una relación romántica.
Puede que algo esté fallando por ambas partes y deban reflexionar para encontrar un punto de mejora e intentar darse otra oportunidad.
Si alguna vez te sientes mal no te lo guardes e intenta arreglarlo lo antes posible, si una herida no se cura en el momento además de seguir sangrando tiene peligro de infectarse.
Con las heridas emocionales pasa exactamente igual, por lo tanto habla con tu pareja de lo que te ocurre con palabras claras, no intentes que tenga una bola de cristal para adivinar lo que tienes en tu cabeza.
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