La curiosidad puede con muchas personas, pero en ocasiones hay que mantener la boca cerrada. Una pregunta que lances al aire por tu “sed de saber” podría ofender a la otra persona y por tanto, además de recibir una mala contestación, podrías perder una amistad.
¿Un matrimonio amigo ha adoptado un niño?, ¿te genera curiosidad saber algunos detalles del proceso? La clave está en formular las preguntas de tal manera que no le faltes el respeto a nadie ni tampoco hieras sus sentimientos. Para evitarte pasar un mal momento y no incomodar a nadie, mejor evita hacer estas dos clásicas preguntas sobre la adopción de niños.
¿Lo quieres como si fuera un hijo propio?
Esta pregunta no merece ni tener una respuesta porque sinceramente, es para quedarse sin palabras, deja a la persona en evidencia de que no comprende uno de los significados de la adopción.
Pero ¡por supuesto que se puede amar a un hijo adoptivo como a un hijo propio! Es más, ¡es un hijo propio! Los vínculos del corazón pueden llegar a ser más fuertes que los de sangre.
Si quieres hacer una pregunta de este tipo es mejor decir algo como: "Es increíble como se quiere a los hijos, ¿verdad? Sean adoptados o propios. ¡es un amor que todo lo puede!
¿Cuesta mucho dinero adoptar un hijo?
Esta es otra pregunta que deja perplejo por el nivel de inmiscuir que incluye. Un hijo no se compra, no es adecuado referirse con esos términos aunque sabemos que se debe abonar un importe a la institución de adopción.
Criar a un hijo es un compromiso para toda la vida y siempre hay que invertir dinero en ropa, educación, salud, alimentación, recreación... independientemente de si es adoptado o natural.
Es mejor que preguntes algo como: "¿Fue muy dura la espera hasta que les confirmaron la adopción? ¿Cuánto tiempo tuvieron que esperar?" Este tipo de preguntas son mucho más adecuadas y los padres adoptivos estarán más dispuestos a compartir sus experiencias contigo.
Hay formas de decir las cosas, ¿no lo crees? Y si quieres comprender más de lo que conlleva la adopción de niños, sería bueno que sigas leyendo Los 3 temores más comunes de los padres adoptivos.