comunicación padres e hijos

Cómo reconstruir la relación con nuestros hijos

27 Abr 2013 – 01:02 AM EDT

Al igual que todos los vínculos humanos, la relación con nuestros hijos atraviesa distintas instancias. Hay días en que el sol está radiante y otros en que los vientos huracanados parecen arrancar todo de cuajo. Hay días en que la comprensión reina y otros en que la tolerancia es cero. Hay días en que todo es abrazos y mimos, y otros días, nuestros hijos nos tratan como si no nos conocieran. Ni hablar si atravesamos situaciones especiales, como suele ser un divorcio por ejemplo, donde los lazos son puestos a prueba e inevitablemente los desencuentros son inevitables.

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Según el educador Jean Faull, autor del libro Luchas de poder: resolución de batallas emocionales con tus hijos; "cuando una relación sufre deterioro, debido a una lucha de poder o a alguna situación estresante en particular, una vez que el problema se haya resuelto, es responsabilidad de los padres retomar las riendas de la relación".

Si sientes que la relación con tu hijo está navegando entre aguas no tan calmas, sigue leyendo estos consejos que te ayudarán a reconstruir la relación con tu hijo.

Incondicionalidad del amor a los hijos

Según Faull "el amor incondicional es el reparador por excelencia en la relación que querramos recuperar con nuestros hijos". El profesional llama amor incondicional a aquel amor que se basa simplemente en la existencia de ese ser que es tu hijo, ya que el amor de padre no depende, o debería ser así por lo menos, de la apariencia de nuestros pequeños ni de sus logros o de sus talentos.

Demostraciones de afecto

Si lo sientes, por qué no decir "te amo" a nuestros hijos hasta el cansancio, hasta que las palabras parecieran gastarse. Es obvio que los amas, pero poner el amor en palabras hace sentir al ser que las recibe seguro, tenido en cuenta, amado. Dile "te amo y me alegra que seas mi hijo". Abrázalo, como si en ese abrazo se te fuera la vida.

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Mirarlo a los ojos cuando le hables

Es importante hacer contacto visual, que tu mirada se encuentre con la tuya, de esa manera le estás diciendo que toda tu atención está puesta en él, que para tí lo que te está contando es importante.

Aceptar las emociones de tu pequeño

Las emociones no hacen buenas o malas a las personas, sólo se trata de aprender a trabajarlas para poder mejorar los vínculos. Ante una emoción negativa de tu hijo, como puedes ser los celos hacia su hermana o un enojo, no la desmerezcas; cálmalo, dile que lo comprendes y dale la oportunidad de que te cuente por qué se siente así y qué necesitaría para sentirse mejor.

Observa a tu hijo en este momento. Mira cuánto ha crecido; cuántos pasos firmes ha dado y cuántos le quedan por dar. Acércate a él. Míralo a los ojos, ¿no te parece que el infinito se refleja en ellos? Ese es el efecto del amor. Abrázalo. Porque abrazar a un hijo es abrazar la vida, la esperanza, el futuro.

Y tú, ¿cómo haces cuando quieres reparar la relación con tu hijo?

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