Las escaleras son uno de los lugares más peligrosos para los niños. Un simple tropezón en un escalón podría ocasionar el más terrible accidente, por ello los padres debemos estar alertas y ser muy cuidadosos cuando tenemos escaleras en el hogar.
Cuando el niño todavía gatea debemos mantenerlo lo más alejado posible de ellas por seguridad, lo que en cierta medida es fácil porque todavía depende de nosotros para ir de un lado a otro. Simplemente no debemos despegarnos de él en ningún momento.
Sin embargo, el control se vuelve mucho más difícil cuando los niños empiezan a caminar y andan solos por la casa. En esa etapa, los pequeños son muy curiosos y van de un lado al otro, lo que en algún momento se topen ante la peligrosa escalera.
¿Qué debemos hacer en esos casos? Según el Dr William Sears, debemos tomar medidas de seguridad en el hogar con las escaleras como las siguientes:
- Instalar cercos de seguridad tanto en la parte superior como inferior de las escaleras.
- Asegurarse que el seguro esté puesto.
Recién a partir de los 15 meses podemos enseñarles a familiarizarse con las escaleras, y siempre por supuesto con la atención cuidadosa de un adulto. La experta británica en Desarollo del niño, Penélope Leach, recomienda enseñar al niño a bajar las escaleras al revés, usando sus manitos y rodillas. Un adulto debe estar de pie detrás de él para amortiguar una posible caída.
Alrededor de los 18 meses, cuando ya tenga más firmeza en sus piecitos, podemos alentarlo a subir las escaleras tomando una de sus manos. De todas formas, debemos estar atentos con las escaleras hasta que el niño cumpla 3 años; se dice que recién a esa edad adquiere las habilidades necesarias para poder subir y bajar escaleras en posición vertical, mirando hacia adelante. Esas habilidades, además, las va desarrollando conjuntamente con otras, como las actividades de patio de recreo, deslizarse en un tobogán.
En un abrir y cerrar de ojos, ¡ese pequeñito que teme a las escaleras pronto estará subiendo sin parar!