¿Cómo enseñar a nuestros hijos a disfrutar de la comida en la mesa?
Una de las cosas más frustrantes para una madre es cuando retira el plato de la mesa, y comprobar que el pequeño apenas ha probado la comida; u observar cómo juega con la comida, haciéndola bailar alrededor del tenedor al ritmo de un vals imaginario, agradeciendo que no sea un rock, ya que la comida terminaría indefectiblemente en el piso.
No desesperes, esta conducta es absolutamente normal. Pero vamos a ver algunas estrategias para enseñar a nuestros hijos a disfrutar de la comida en la mesa, te vamos a contar por qué tu hijo come poco y qué puedes hacer al respecto.
Comer en familia: que no se convierta en una batalla
Según la doctora Sasha Watkins, especialista en Nutrición, que los niños coman poco cuando son pequeños es una conducta absolutamente previsible. Y para esto existen varias explicaciones. Una de ellas, es la neofobia, que no es ninguna afección grave, se trata simplemente del miedo a lo nuevo; y ya es sabido que el ser humano naturalmente siente miedo a lo que desconoce. Por eso, los niños son propensos a desear comer siempre lo mismo y les produce inseguridad los sabores nuevos.
Otra de las explicaciones que brinda la especialista es que muchas veces los niños dan muestras de su deseo de independencia, señalando la autoridad sobre lo que comen y tratando de probar tu límite.
También agrega que luego de cumplir el primer año de vida, los niños sufren una disminución en el aumento del peso, y habrá días en que coma más que otros.
¿Cómo hacer para estimular a mi hijo a comer más?
Para transformar la hora de la comida en un momento de disfrute trata de comer en familia, si los horarios laborales de los padres lo permite, por lo menos, durante la cena. Acostumbra a tu hijo desde pequeños a la variedad de sabores, teniendo en cuenta el aspecto nutricional de la comida y los colores.
Evita preguntarle qué quiere comer, aunque en el plato incluyas alguno de los alimentos preferidos de tu hijo. Cuando le ofrezcas un nuevo alimento, que sea poca cantidad; sólo se necesitan de algunos bocados para que pruebe el sabor; de esta manera evitarás despediciar comida.
Ten en cuenta que para que un niño se acostumbre a un nuevo sabor, necesitará probarlo por lo menos de diez a quince veces.
Evita trasladarle preocupaciones acerca de los alimentos o demostrarle tu ansiedad si él no termina su plato, esto sólo provocará más resistencia, y es lo que después de todo quieres evitar.
Si notas que tu hijo no aumenta de peso o lo que es peor, está por debajo de su peso normal, consulta con su médico de cabecera. Muchas veces, los pediatras deciden suministrar algún tipo de vitaminas, que lo ayude a ganar peso y a abrir el apetito.