Ser narrador de cuentos no es una tarea sencilla. Captar la atención de los pequeños y adentrarlos con nuestra voz en mundos imaginarios, para contarle las proezas, logros y desventuras de magníficos personajes requiere de toda nuestra dedicación.
Los libros infantiles son grandes aliados de los padres cuando se requiere llamar al señor sueño; cuando se requiere lograr un momento de sosiego luego de una guerra de almohadones; cuando queremos estimular al duende de la creatividad. Vamos a ver algunas ideas para compatir un tiempo de lectura con nuestros hijos, para saber cómo crear ese momento mágico donde las palabras escritas tomen vida en tu voz, creando de esta manera el hábito de la lectura en los niños.
Cuando les leemos a nuestros bebés
Acurrúcate con tu bebé sentado en tus rodillas, compartir juntos un libro es un momento de unión. Elige libros con rimas, ritmo y sonidos; mejor si tienen pocas palabras y grandes ilustraciones. Señálale a tu pequeño las ilustraciones, al tiempo que le lees, de esta manera identificará los objetos con las palabras correspondientes.
Entabla conversaciones con tu bebé acerca de lo que está leyendo, por ejemplo "veo algo rojo, ¿también lo puedes ver?". Anima a tu bebé a que identifique objetos en las ilustraciones y repita sonidos.
Cuando les leemos a niños pequeños
Leéle despacio con una voz animada para mantener el interés del niño. Háblale a tu pequeño acerca de lo que ocurre en el cuento y en las ilustraciones. No te sorprendas si tu pequeño te pide que le leas su libro o libros favoritos una y otra vez. Anímalo a dar vuelta las páginas, identificar los objetos en las ilustraciones e identificar los sonidos que los animales u objetos dentro de las ilustraciones podrían hacer.
Usa libros sin palabras, solo con bellas ilustraciones, para invitar a tu hijo a usar su imaginación, creando de esta manera su propia historia.
Cuando les leemos a niños en edad preescolar
Usa tu dedo para seguir las palabras mientras lees. Háblale acerca del cuento antes, durante y después de leer juntos.
Léele rimas a tu hijo y anímalo a llenar los espacios en blanco con la palabra o palabras que riman.
Pregúntale acerca de lo que piensa que ocurrirá después y emociónate con ellos mientras se apresuran para averiguar qué pasará después. Inventa actividades alrededor de sus cuentos favoritos e invítalo a dibujar o pintar sus personajes favoritos.
Si les leemos a nuestros hijos, estarán mejor preparados cuando comiencen la escuela, tendrán mayor probabilidad de tener éxito en ella, y en la vida y cuando ellos tengan hijos, compartirán la valiosa tradición de la lectura en familia.
¿Cúal es el libro preferido de tu pequeño?
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