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Calma los berrinches de tu hijo con el método de las 3 A (no incluye gritos ni regaños)

18 Nov 2020 – 05:38 PM EST

Gritos descontrolados, golpes y mucho llanto son algunas de las características más comunes de los berrinches.

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Este comportamiento surge cuando los pequeños se sienten frustrados o tristes y no encuentran las palabras para expresar esas emociones. Si no es manejado correctamente, puede devenir en crisis de ansiedad o ira.

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Según los especialistas, las rabietas o pataletas son necesarias para el desarrollo de tu hijo. No obstante, por su salud mental (y la tuya) es fundamental que sepas cómo controlarlas, sin perder la paciencia ni faltarle al respeto.

Te mostramos el 'método de las 3 A', una técnica que además de ser sencilla y muy fácil de aplicar, mejorará su relación y lo convertirá en un adulto resiliente. ¡Toma nota!

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Método de las 3 A: qué es

Esta idea fue creada por la Dra. Mary Gleason, psiquiatra del Hospital Infantil de Virginia y experta en rabietas. De acuerdo con la especialista, los berrinches son como una olla de presión que está a punto de explotar.

«En estos momentos, la intensidad del momento abruma la capacidad del pequeño para pensar y reflexionar, por lo que los sentimientos se vuelven mucho más fuertes que la tapa», dice al New York Times.

El objetivo de esta técnica, explica, es que los niños sean conscientes de sus emociones y sepan cómo regularlas fácilmente y sin perder el control.

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Para lograrlo debes seguir los siguientes pasos:

#1 Anticípate a la rabieta

El primer paso para terminar con un berrinche es respirar profundo y tener una actitud relajada. De esta forma podrás transmitir calma a tu pequeño y él también conseguirá tranquilizarse.

Ten presente que tu hijo ve el mundo a través de tus ojos; si se percata de que gritas o pierdes el control con facilidad, pensará que es normal y comenzará a imitarte, afirma el sitio web Conscious Discipline.

Tómalo en cuenta y evita situaciones que puedan ser estresantes u ocasionar una pataleta.

Por ejemplo, si necesitan ir al centro comercial y sabes que tu hijo te pedirá un helado o un juguete, prepárate para cualquier situación y platica con él antes de salir de casa.

Dile que esta vez no habrá juguete o helado, puesto que es turno de mamá o papá para comprar algo. La próxima vez deberás cumplir tu promesa y obsequiarle lo que él quiera.

#2 Acompáñalo durante la pataleta

Se tiene la creencia de que lo mejor es alejarnos y dejar que la rabieta termine por sí sola, no obstante, esta respuesta puede hacer que se sienta incomprendido, triste y humillado.

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Cuando se presenta un berrinche, es importante que te mantengas a su lado y le expliques con firmeza y claridad que no le prestarás atención hasta que decida calmarse, sugiere la Academia Americana de Pediatría.

Esto le ayudará a distinguir sus emociones y aprenderá que cuando grita, llora y patalea es muy complicado entender sus ideas; por lo tanto, si desea ser escuchado, deberá tranquilizarse y guardar la calma.

#3 Abrazos y palabras empáticas

El Dr. R. Douglas Fields, neurocientífico y autor de Why We Snap: Understanding the Rage Circuit in Your Brain, argumenta que cuando una rabieta se desarrolla, el sistema nervioso del pequeño se encuentra agitado y fuera de control, lo que aumenta sus niveles de estrés.

En este sentido, varios expertos afirman que darle un abrazo estrecho o apapacharlo por un par de minutos, puede darle contención física y emocional, y evitar que tu hijo se haga daño a él mismo o a su entorno.

Asimismo, dejar que el pequeño llore entre tus brazos le permitirá manifestar sus emociones y hará que se sienta querido y apreciado.

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Con este adorable acto le demostrarás que es válido sentirse enojado o triste y que es necesario que sepa cómo expresarse correctamente.

Por si fuera poco, esta acción también estimula la producción de sustancias químicas como serotonina y dopamina, mismas que pueden disminuir la ansiedad y la frustración.

Inténtalo, es una excelente alternativa para frenar un mal comportamiento.

Por último, recuerda que el objetivo de este método es que tu hijo aprenda a manejar sus sentimientos desde una perspectiva positiva y cariñosa.

Una vez que lo intentes, notarás que su comportamiento mejorará y podrás olvidarte de los gritos y el estrés. Una crianza amorosa se traduce en adultos exitosos y resilientes. Tenlo presente.

¿Tienes otra recomendación que sea útil? Escríbela en los comentarios.

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