Hace algún tiempo conocí un niño con síndrome de déficit de atención. Según me informó su psiquiatra esto se debía a un problema en su corteza cerebral frontal. ¿Y cuáles eran las consecuencias de su desorden? ¡Justamente que no podía medir las consecuencias de sus actos! Fue duro para mí y para toda su familia ayudarle a pensar en el resultado de sus decisiones y acciones. Pero todos aprendimos importantes lecciones y hoy comparto algunas contigo.
Detecta sus tendencias, sin sofocar
Una de las mejores maneras de ayudar a un hijo es conocerlo. Por supuesto, no se trata de vigilarle todo el día, sino de plantear actividades y conversaciones placenteras en las que el niño o joven se sienta a gusto, relajado y con ánimo de compartir sus pensamientos contigo. ¡Escuches lo que escuches, toma nota mental pero no te ofusques! Si lo haces probablemente esa sea la última vez que te abra su corazón.

Piensa en las posibles causas de sus actos
Cuando veas que tu hijo/a ha hecho algo malo o si te das cuenta de que tiene la tendencia a hacer algo que le perjudica (mentir, robar, faltar a clases, ¡lo que sea!) intenta hallar el porqué. Una vez que conozcas las causas podrás tratar el problema de raíz con él o ella: ¿Lo hace debido a la presión del grupo? ¿No sabe que eso está mal? ¿Olvida que le traerá consecuencias indeseables?
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Presenta situaciones hipotéticas
Por ejemplo, para entrenar su conciencia y su poder de tomar decisiones acertadas bajo presión podrías plantearle esta situación: “Imagina que un niño en el kiosko presiona a su amigo para que distraiga al vendedor y así poder robarse unas barras de chocolate para ambos. ¿Qué te parece que debería hacer? ¿Debería dejarse convencer? ¿Qué pasaría si el vendedor se diera cuenta? ¿Debería hablarlo con un adulto?” Con estas preguntas podrás ayudar a tu hijo a pensar en el asunto y a razonar en qué pasará después.
Pon el ejemplo. Desde ya, digas lo que digas, lo que tu hijo verá es tu ejemplo. Si al tomar decisiones le explicas las consecuencias de las mismas y luego obras de acuerdo con eso lo estarás entrenando en esta valiosa lección, útil para ahora y para su vida adulta y evitarás algunos de los 5 errores al educar al niño.