Así es como le estoy enseñando a mi hijo a resolver conflictos...
Mi hijo siente frustración y rabia cuando algo no le sale bien, y se pone tenso en la escuela cuando algún compañero le quiere quitar los juguetes -lo típico en la primera infancia-. Es que los conflictos internos y con los demás aparecen desde edades muy tempranas.
Aunque por mi carrera profesional ya sabía que los niños aprenden las habilidades y estrategias necesarias para desarrollarse, cuando me convertí en madre lo supe al 100% -es que a veces, necesitamos la práctica para reafirmar la teoría-.
Mi hijo necesitará de mi guía para resolver los conflictos hasta que desarrolle sus propias habilidades para el manejo de estas situaciones, y tu hijo necesitará de tu guía. Los niños pequeños necesitan que los adultos les digamos de forma específica qué deben hacer y que les ayudemos a calmarse y a entender sus emociones.
Cuando hay un conflicto
Cuando en un conflicto hay otro niño involucrado siempre le hago ver a mi hijo cómo se siente el otro niño, después le hago ver al otro niño cómo se siente mi hijo, y finalmente buscamos una solución en el que todos salgan bien parados y por tanto felices. De este modo mi hijo aprende poco a poco (aunque a veces cuesta) la empatía y a poder resolver los conflictos sin necesidad de usar ningún tipo de agresividad.
Cuando ocurra un conflicto entre niños, es necesario que los adultos no juzguemos a ninguno de los niños. Así los pequeños aprenderán a confiar en el otro y que al igual que se tienen en cuenta sus deseos y necesidades, ellos también deben tener en cuenta los deseos y necesidades de los demás. En cambio, si se etiqueta o se juzga a los niños solo se les estará trasmitiendo un mensaje equivocado hacia su persona y hacia la forma de resolver los conflictos
¿Es buena idea imponer una solución?
No, no lo es. Es muy importante que los adultos no impongamos la solución sin más para resolver el conflicto porque esto puede crear en los pequeños una sensación de que sus deseos no se han tenido en cuenta; el sentimiento es parecido al sentimiento de abandono o de indiferencia por parte del adulto.
Es necesario que los pequeños se sientan involucrados para que de este modo puedan empezar a construir sus propias habilidades de resolución de conflictos. Recuerda que cuando hayan resuelto el conflicto deberás elogiarles el buen comportamiento.
Tu calma y tu tranquilidad son esenciales, si tú te pones nerviosa al momento de resolver un conflicto también ellos lo harán.