Los problemas de autoestima son un gran reto para la sociedad actual, ya que causa estragos en la salud de las personas y su entorno. El mayor conflicto en los problemas de autoestima se debe a que, a menudo, la persona que los sufre no lo reconoce, atribuyendo sus problemas a otros factores -prejuicios, mala suerte, terceras personas-. De esta forma, la baja autoestima nunca es superada. Por eso mismo, hoy hablaremos de los principales problemas de autoestima de la sociedad actual.
¿Cómo surge la baja autoestima?
Primero debemos tener en cuenta que en ocasiones es muy difícil diagnosticar la baja autoestima. Generalmente, la baja autoestima surge en la niñez, por la forma en que nos relacionamos con nuestros padres, compañeros, la escuela y la sociedad. Así, hasta los cinco años formaremos la idea de cómo es el mundo y cómo nos enfrentaremos a él. Las experiencias posteriores sólo reforzarán esa idea inicial que tuvimos.
Es cierto también que las personas suelen dar mayor importancia a los hechos negativos que a los positivos: recuerdan más las malas situaciones, las procesan de una forma que quedan más vívidas en su mente y les brindan mayor importancia. Los estereotipos y sentimientos negativos duran más en el tiempo.
Otro punto a tener en cuenta es la diferencia entre la autoestima y la autoimagen: la segunda surge de las comparaciones que hacemos de nosotros mismos con los demás y suele afectar a la autoestima. Generalmente, las personas con baja autoestima buscan la auto-verificación de su imagen. ¿Eso qué quiere decir? Que buscan en los pensamientos de los demás reforzar la idea negativa de sí mismos.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que la autoestima también se debe un poco a nuestra personalidad: las personas que estudian y analizan todos los hechos que suceden con minuciosidad tienen una tendencia mayor a la baja autoestima.
Hablando en términos puramente neuropsiquiátricos, debemos tener en cuenta que una parte de nuestro cerebro está encargada del llamado “ pensamiento negativo” -sí, existe y está ubicado en la corteza cingulada anterior-, que trabaja para enviarnos señales de alerta cuando no tenemos un buen feedback en una interacción social, por ejemplo. Sin embargo, neurocientíficos han descubierto que nuestro cerebro se “rehace” continuamente, por lo cual esta maraña de cables negativos puede modificarse con buena voluntad.
Por otra parte, el llamado sesgo de memoria es una influencia del estado de ánimo respecto a los estímulos que recibimos del exterior. Si estamos tristes o nerviosos, es probable que almacenemos en nuestra memoria todos los comentarios negativos que recibimos durante ese período, y ninguno positivo.
Afrontar nuestros problemas de autoestima
El primer paso que debemos hacer es intentar no centrarnos en mejorar nuestra autoimagen, ya que es prácticamente imposible sentirnos mejor con nosotros mismos si nos comparamos con los demás, porque probablemente siempre haya alguien mejor que nosotros en algún aspecto.
La clave está en ir de adentro hacia afuera: controlar nuestro diálogo con nosotros mismos. ¿Sabías que la mayoría de las personas se dice a sí mismo un 95% de cosas negativas? Eso hace imposible la tarea de querernos más.
La mente positiva es el gran paso hacia una alta autoestima, debemos comenzar con frases afirmativas positivas que queden grabadas en nuestro cerebro. Siempre decir “soy una persona positiva” y evitar el “yo no soy una persona negativa”, ya que cuesta más de procesar. También debemos evitar los pensamientos extremistas, las auto humillaciones, dar poca importancia a nuestros logros, todos hechos que llenan nuestra mente de pensamiento negativos sobre nosotros mismos.
La autoestima en las mujeres
A menudo se dice que las mujeres son las que mayor cantidad de problemas de autoestima tienen: se las muestra como seres frágiles y confusos, que no tienen confianza en sí mismos y no saben lo que quieren. Se dice también que el gran problema surge en el paso hacia la adolescencia.
Frente a esta creencia popular, estudios sociológicos recientes demuestran que las mujeres tienen una menor autoestima que los hombres respecto a su imagen, están equiparadas en la autoestima en el rendimiento académico, y los superan en la autoestima moral y ética -cómo se sienten respecto a su comportamiento-.
Como mencionaba anteriormente, la zona del cerebro encargada de la parte negativa, es más grande en mujeres. Sumado a los cambios hormonales que tienen todas las mujeres durante su ciclo menstrual, podemos decir que sí es cierto que son más propensas a las emociones extremas. Todos estos hechos puramente físicos hacen que la mujer sea más sensible y empática, pero no necesariamente la hace más propensa a tener una baja autoestima.
Los problemas de autoestima se pueden mejorar, sólo es cuestión de paciencia y buena voluntad. En caso necesario, podemos recurrir a gente de confianza o a un profesional para que nos ayude.