¿Estrés Laboral? Aprende a combatirlo con estos simples ejercicios de respiración
Antes de comenzar, es necesario comprender que el estrés es una reacción natural de nuestro cuerpo. Más precisamente, es un mecanismo de defensa instintivo para cuando nos encontramos frente a una amenaza.
Seguro te preguntarás ¿por qué se siente tan mal si es algo que funciona para nuestra supervivencia? Los síntomas del estrés —corazón acelerado, sudoración fría y respiración entrecortada— eran fundamentales en un pasado remoto para poner el cuerpo en alerta a través de un shock de adrenalina y así permitirnos escapar de la amenaza de animales salvajes.
Este mecanismo, que quedó codificado en nuestro cuerpo, suele dispararse hoy día ante las amenazas propias de la vida moderna, tal como es el caso del ajetreado sistema laboral en el que nos vemos inmersos todos los días.
Fechas de entrega, presiones incomprensibles, impotencia, necesidad económica, todos estos factores que vivimos día a día en nuestro trabajo disparan el estrés y drenan nuestra felicidad.
Frente a esta situación, existen algunas técnicas de respiración, que podemos utilizar a diario en nuestros respectivos trabajos para sentirnos más plenos.
1- Respiración abdominal

Este viejo clásico del Pranayama —el Yoga de la meditación— es ideal para calmar la ansiedad. Debes asegurarte de seguir los pasos y de hacerlo lentamente.
En este método, lo fundamental es localizar la respiración: realízala desde el vientre. Para eso, pon una mano sobre la altura del ombligo y trata de empujarla con el vientre a medida que inhalas. Luego, al exhalar deja que el vientre se relaje.
Repite este proceso al menos 5 veces.
2- Respiración 4x4x4
En este método se hace énfasis en el ritmo para que la mente encuentre su foco y funcione de manera más racional.
- Inhala 4 segundos.
- Mantén la respiración 4 segundos.
- Exhala 4 segundos.
Repite el proceso 5 o 10 ciclos.
3- Respiración alterna
Aquí lo importante es alternar el uso de las fosas nasales.
- Sentado en una posición derecha, tapa una de nuestras fosas nasales.
- Inhala por la que está libre y luego exhala por la que tenías tapada.
Realiza durante unos pocos minutos para reestablecer el equilibrio mente-cuerpo.
4- Respiración sincronizada
Quizá la más sencilla de todas, pero no por eso menos efectiva. Consiste en una respiración profunda que sincroniza inhalación y exhalación. Para comenzar, puedes ayudarte siguiendo el ritmo del gif que dejamos arriba.
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Ahora solo debes probarlo y siempre recuerda: tú vales mucho más que las presiones impuestas por terceros...