Nunca pensaste que algo tan natural como cerrar los ojos y descansar pudiera ser tan complicado. Pero, lo es –al menos para ti. Vives de bostezo en bostezo y la frescura de tu rostro se ha perdido detrás de dos grandes ojeras. ¿Qué puedes hacer? Pues, poner en práctica estos 10 tips para dormir mejor.
#1 Mantén una rutina
La mayoría de las veces, la palabra "rutina" suele ser interpretada como sinónimo de "monotonía" o "aburrimiento". Hay algo innegable: salirse de lo cotidiano de vez en cuando tiene su encanto y hace nuestra vida mucho más rica. Pero, al mismo tiempo, seguir una rutina es indispensable para que nuestro cuerpo pueda adaptarse mejor a nuestro ritmo y así cumplir con sus funciones –entre las que se encuentra dormir– de forma más eficiente.
#2 Reduce el consumo de cafeína
Las infusiones ricas en cafeína como el té y el café son ideales para borrarnos el rostro de dormidos todas las mañanas. Pero, si abusamos del consumo de estas infusiones hay grandes probabilidades de que terminemos padeciendo problemas de insomnio. Así que trata de no acudir siempre a estas bebidas; disfruta otras, como el agua o los jugos frutales.
#3 Apaga la tecnología
Todos lo hemos hecho: llegamos a casa algo estresados y, con el fin de distendernos un poco, prendemos la tele o el ordenador. Esto puede representar una buena idea para olvidarse de las obligaciones cotidianas y relajarse un poco. Ahora bien, trata de evitar cualquiera de estas actividades, cuando pretendas conciliar el sueño. Si no lo haces, de una forma u otra, estos artefactos terminarán captando tu atención y aplazarán tu descanso.
#4 Cena y espera
Comer da sueño –sobre todo si venimos de un día saturado de responsabilidades–. Pero, trata de no acostarte en seguida de cenar. Come temprano y regálale a tu estómago al menos dos horas para que haga correctamente la digestión. Asimismo, no cargues tu organismo con toneladas de comida. Ya conoces el dicho: "Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo".
#5 Pero, come
Insisto, "come como un mendigo", pero COME. Ni se te ocurra saltear la cena. Si lo haces, no dudes que los desesperados quejidos de tu estómago espantarán a tus sueños. Por tanto, consume alguna preparación a base de frutas, verduras o lácteos. Estos alimentos son ricos en triptófano, que es un aminoácido con un rol fundamental en la regulación del sueño.
#6 Haz ejercicio
Realizar ejercicio no solo es recomendable para mantener un peso saludable. En este sentido, la actividad física es también una gran aliada para potenciar la absorción de nutrientes, normalizar los ciclos del organismo y liberar las tensiones. Todos estos factores resultan, indefectiblemente, en un mejor descanso.
#7 Limita el consumo de líquido
Llegan las ocho de la noche y descubres que no has tomado esos ocho vasos de agua que tanto recomiendan. Y no se te ocurre mejor idea que tomarlos antes de que el día se acabe. Pues, ¡esta es una terrible idea! Esta medida no solo fracasará en promover la buena hidratación de tu cuerpo, sino que también te obligará a realizar un gran número de excursiones nocturnas al baño. ¿Conclusión? Mala hidratación y peor descanso.
#8 Deja tu dormitorio a oscuras y en silencio
Tu dormitorio debe ser un espacio inductor del sueño. Esto significa que, una vez llegada la hora del descanso, debe estar tan solo iluminado por luces tenues. Estas, por supuesto, deberán ser apagadas cuando la hora de dormir sea inminente. Pero, de nada te servirá tener una habitación oscura si no puedes disfrutar en ella de un profundo silencio. Así que haz tu mejor intento por conservarlo.
#9 Compra un buen pijama
Cuando vamos de compras, es muy poco frecuente que adquirir un buen pijama esté entre nuestras prioridades. A fin y al cabo, es una prenda que nadie ve –¡ni siquiera nosotras mismas!–. Pero esta omisión es un gran error. Un buen pijama es completamente necesario para un buen descanso. Después de todo, ¿quién puede dormir con prendas apretadas o, en invierno, poco abrigadas?
#10 Escucha a tu reloj biológico
Si en verdad deseamos sentirnos cómodos en nuestro propio cuerpo, tendremos que escucharlo. Esto supone muchas cosas: comer cuando en verdad tenemos apetito, suspender el ejercicio ante la menor incomodidad y... acostarse y despertarse, cuando nuestro cuerpo nos lo pida –en la medida de lo posible, claro está.
Estos son nuestros consejos para que puedas reencontrarte con tus sueños. Ahora, solo me resta decirte: ¡A por ellos!