Si hay algo que sabemos es que la mayoría de las veces las mujeres somos nuestras propias enemigas. Las comparaciones entre las mujeres comienzan desde la más tierna edad, y aunque no lo parece, a la larga esto puede traer consecuencias desastrosas tanto para nuestra autoestima como para la relación con los demás (hombres y mujeres) a futuro.
Este tipo de comparación se puede dar tanto a nivel físico como intelectual, y aunque en gran parte de los casos no suelen ser malintencionadas, con el paso del tiempo van entrando en nuestro subconsciente esas frases que, sin darnos cuenta, nos llegan a paralizar cuando intentamos hacer algo.
Si bien las primeras comparaciones en que pensamos las hacen los demás, con el pasar de los años se suman nuestras propias comparaciones (no soy tan flaca como tal, mi cabello no luce como el de fulanita, no soy tan inteligente como esta otra) y poco a poco van mermando nuestras capacidades, hasta que simplemente nos hacemos invisibles y pasamos por la vida de esa manera.
Veamos entonces algunos consejos para dejar de compararse con los demás que sin duda nos serán muy útiles para nuestra salud emocional.
cómo-dejar-de-compararte-con-las-demás-3.jpg
Tips para dejar de compararse con otras personas
A pesar de ser un camino díficil de transitar (como dije al principio, las mujeres somos nuestras peores enemigas), no es imposible; la idea es llegar al punto de apreciar la belleza -tanto la propia como la de los demás- sin entrar en patrones que establece la sociedad y, que para ser sincera, no se ajustan a la mayoría.
Una de las primeras cosas que debemos aprender, y que aunque parece impensable los hombres conocen y practican, es que las mujeres somos adorables en muchas formas. Cuando nos enfocamos en apreciar lo que está a nuestro alrededor, en vez de enfocarnos en ser nosotras el centro de “atracción” (sí, atracción y no atención) sacamos de forma instantánea lo mejor de cada una, y eso se refleja automáticamente en nuestra personalidad.
Esto no implica que no debamos arreglarnos, ni mucho menos abandonarnos; sólo que debemos complementar nuestra belleza externa queriéndonos tal cual somos y dejando de compararnos con otras, pues sabemos que somos distintas y cada una atractiva a su manera.
Para dejar de compararte con las demás debes olvidar los parámetros establecidos de lo que se considera “bello”, ya que la belleza en sí no admite comparación, sino un buen ojo que la aprecie. Así, cuando comienzas a verte a ti misma como una persona bella, dejarás a un lado las comparaciones y disfrutarás de tu propia esencia.
Si necesitas algunos consejos para empezar a aceptarte a ti misma, los podrás encontrar en cómo ser más feliz, cómo sentirse hermosa y cómo tener más confianza en ti misma.