Trump critica a Ford por llevar su producción a México en el corazón del Ohio industrial

El candidato republicano presume de los sondeos que lo sitúan como ganador en el estado y se presenta como el único capaz de reconstruir el país.

Donald Trump en Canton.
Donald Trump en Canton.
Imagen AP/Evan Vucci

CANTON (Ohio)-- Donald Trump se presentó este miércoles como el único líder capaz de frenar el declive de Estados Unidos y como el único capaz de defender los empleos de la clase obrera castigada por el cierre de las fábricas y la deslocalización.

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Su discurso resonó de una forma especial en este centro cívico de Canton (Ohio), cuyos 70,000 habitantes han sufrido en las últimas décadas los efectos del declive industrial.

El ferrocarril y la riqueza minera convirtieron a la ciudad en un emporio industrial a principios del siglo XX con fábricas de acero, rodamientos y piezas de automóviles. Canton aún alberga algunas de esas fábricas pero muchos de sus habitantes están en paro o sólo encuentran empleos mal pagados o a tiempo parcial.

El entorno de Trump era consciente del perfil de la ciudad y por eso preparó un discurso centrado en el proteccionismo, la minería y el empleo industrial. “Las manos americanas reconstruirán esta nación y energía americana extraída de fuentes americanas le dará energía”, dijo el candidato. “Volveré a poner el acero americano en el espinazo de nuestro país. Lucharé por la gente de cada parte deprimida de esta nación”.

Trump citó la decisión de Ford de transferir a México la producción de todos sus coches pequeños y aseguró que la empresa había el anuncio por un motivo insólito: “Lo han hecho porque saben que voy a ganar”.

El candidato explicó que si la empresa lleva a cabo sus planes tendrá que pagar un arancel del 35% por cada coche que quiera vender en Estados Unidos y dijo que estaba seguro de que la empresa no cumpliría con sus planes si ganaba él. “No se van a ir”, dijo entre aplausos. “Pero si se van no pasa nada. ¡Haremos una fortuna!”.

Unas horas antes del evento de Canton, dos sondeos de CNN y Bloomberg habían situado a Trump entre cuatro y cinco puntos por delante de su adversaria en Ohio, un estado que necesita para ganar.

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Ningún republicano ha llegado a la Casa Blanca sin ganar aquí desde que lo hiciera Abraham Lincoln en 1860. Hace cuatro años, Mitt Romney se quedó a tres puntos después de invertir aquí millones de dólares y muchas jornadas de campaña. Esta vez el resultado dependerá de la capacidad de Hillary Clinton para movilizar a los votantes afroamericanos de las ciudades como Canton.

Aquí Obama perdió por tres décimas en 2012 y ganó por dos puntos en 2008. Es un condado que votó con el ganador en 10 de las últimas 12 elecciones presidenciales y que se parece mucho al estado y al país en general. Algunos de sus habitantes viven de la agricultura, otros trabajan en las fábricas y cada vez más viven de los servicios y la Sanidad.

Unas horas antes de llegar a Canton, Trump estuvo en Flint, la ciudad de Michigan cuyo sistema de agua sufre una grave crisis desde la primavera de 2014. El candidato se dirigió a un grupo de voluntarios en una iglesia metodista y recibió una llamada de atención de la reverenda, que le dijo que no le había invitado para pronunciar un discurso político sino para agradecer a los voluntarios su trabajo por la comunidad.

Al recordar en Canton lo que había ocurrido, Trump dijo que seguiría visitando comunidades aunque sus habitantes no fueran a votarle y dijo que la crisis era el fruto del fracaso de los políticos y el mejor ejemplo del declive del país.

“Antes los coches se hacían en Flint y no podías beber agua en México”, dijo Trump entre aplausos. Ahora los coches se hacen en México y no puedes beber agua en Flint”.