En lo que fue un discurso más preparado que los que suele ofrecer, Donald Trump presentó oficialmente sus propuestas en política exterior, comprometiéndose a “sacudir el óxido” de las actuales relaciones internacionales del país con un plan que pondrá a “Estados Unidos primero”.
Trump busca mostrarse "más presidenciable" con su discurso sobre política exterior
En una alocución leyendo un teleprompter, el magnate prometió que como presidente Estados Unidos dejará de ser "débil".

"Estados Unidos primero será el tema principal y primordial de mi administración", dijo Trump, desde el Hotel Mayflower a pocas cuadras de la Casa Blanca. De acuerdo con la visión del mundo de Trump, Estados Unidos se ha mostrado débil desde el fin de la Guerra Fría y sus enemigos se han aprovechado de ello.
"Lo que voy a describir hoy se volverá un principio eterno. Mi política exterior siempre antepondrá los intereses del pueblo estadounidense y su seguridad por encima de todo… Esa será la base de la cada decisión que tomaré ", agregó.
Su discurso, de un tono más pausado y leído desde el teleprompter, es el primero dedicado a política exterior, un asunto que había abordado en extensas entrevistas con The New York Times y The Washington Post.
En él, Trump insistió en propuestas que ya había hecho anteriormente como eliminar varios acuerdos internacionales con otros países' así como en sus críticas al presidente Barack Obama, a quien acusó de debilitar las fuerzas militares estadounidenses y la influencia extranjera del país.
"Si el objetivo del presidente Obama era debilitar Estados Unidos, él no podría haber hecho un mejor trabajo", afirmó Trump.
En su alocución, hecha un día después de una aplastante victoria en las primarias de cinco estados, Trump adoptó un estilo más formal del habitual. Varios de sus asesores tratan de presentar a Trump como un candidato más serio y atractivo para los votantes más moderados, un giro que muchos creen necesario si es el nominado del partido para la elección general en noviembre.
Lo que no mencionó
Desde los comienzos de su campaña, el empresario ha tenido que atenerse a fuertes críticas (incluso por parte de prominentes políticos republicanos) debido a sus posiciones extremas en política exterior.
Los puntos más álgidos de su retórica han sido su llamado a prohibir la entrada de los musulmanes al país, la construcción de un muro en la frontera sureña que pagaría México, y la sugerencia de que Japón y Corea del Sur obtengan armas nucleares.
Pese a que numerosos expertos políticos han advertido que tales propuestas contribuirían a una crisis diplomática, el multimillonario no especificó la ejecución de tales ideas, y tampoco dijo como podría contener esas reacciones negativas.
En cambio el empresario aseguró, sin explicar cómo, que logrará sus objetivos usando la influencia económica del país, y fortalecerá las alianzas internacionales.
"A nuestros amigos y aliados digo que Estados Unidos va a ser fuerte otra vez", dijo el magnate. "Vamos a tener por fin una política exterior coherente en base a los intereses estadounidenses y los intereses comunes de nuestros aliados".
"Vamos a comenzar a construir nuestra nación, en lugar de centrarnos en la creación de la estabilidad en el resto del mundo", agregó.
Su rival Ted Cruz cuestionó a Trump tras su discurso, sugiriendo que "otros de los miembros del cartel de Washington de política exterior participaron en la redacción de esta alocución para ganancia personal".
"Nunca va a luchar contra el sistema, él es el sistema", dijo Cruz en un comunicado. "Él y Hillary Clinton son los dos lados de la misma moneda. Ella ha hecho millones desde el interior y Donald Trump ha hecho miles de millones comprando a gente como Hillary Clinton. Ambos son parte de la cultura de política exterior para ganancia personal".
Por su parte, el gobernador John Kasich publicó un tuit en que se presenta como el candidato más idóneo para ser comandante en jefe.
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