Donald Trump puede estar de cómodo delantero en la contienda electoral, pero no parece estar libre de preocupaciones cuando se trata de sus rivales republicanos.
¿A quién le roba votos John Kasich?
En las primarias de Wisconsin, el gobernador de Ohio se llevó un 15% de los votos, pero ningún delegado. Pero el tercero en la disputa republicana se ha convertido en el que más incomoda.
Por:Juliana Jiménez
John Kasich habla a votantes en febrero 11, 2016 en Myrtle Beach South Carolina.
Imagen Spencer Platt/Getty Images
Sería lógico que su mayor preocupación sea el senador de Texas Ted Cruz, quien después de Trump es quien más estados ha ganado y por lo tanto quien tiene el mayor número de delegados.
Pero a quien Trump le ha dedicado la mayoría de sus ataques últimamente ha sido el gobernador de Ohio John Kasich, a quien quiere sacar de la carrera y mientras más rápido mejor.
En un evento el domingo en Milwaukee, Trump dijo que Kasich le roba votos que deberían ser para él, y que “me hace mucho más daño a mí que a Cruz”.
De hecho, en las primarias de este martes en Wisconsin, Cruz ganó con 52%, frenando el momentum de Trump quien quedó de segundo con 31%. Kasich llegó de último (nada nuevo allí), con 14%.
Incluso antes de Wisconsin, Trump llevaba tiempo delatando su preocupación con Kasich.
Desde el mes pasado lo ha atacado fuertemente en Twitter, donde ha sacado a relucir el supuesto apoyo del gobernador por tratados comerciales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) y por ser “débil en inmigración”.
Hasta ahora Kasich se ha mostrado indiferente a los ataques de Trump. Ayer sin embargo le respondió con una actitud desafiante:
"Donald Trump dijo que me tengo que salir de la carrera porque le estoy quitando sus votantes”, dijo Kasich en un foro en Hempstead, en el estado de Nueva York. "Le tengo noticias. Voy a quitarle muchísimos votantes, OK?"
Kasich se burló de Trump añadiendo, “pensé que ya habíamos salido de la arenera hace años”, haciendo referencia a lo infantil que para algunos se ha puesto la retórica de la campaña.
Video Kasich: "No soy un niño asustado"
La transferencia de votos a Kasich fue muy clara en Ohio, donde efectivamente se le aguó la fiesta al magnate. Allí se proyectaba que Kasich ganara por un margen de 3 puntos—en cambio, ganó por 11, llevándose los 66 delegados que Trump ya contaba como suyos.
Si Trump hubiese ganado en ese estado que se rige por el principio de "ganador se lo lleva todo", y con la extensa ventaja con que ganó en Florida, por ejemplo, hubiera prácticamente sellado la nominación como candidato para el partido.
Es claro que de no estar Kasich en la carrera, sus votos se los llevaría o Cruz o Trump, pero saber con seguridad qué votos se están yendo a qué candidato es difícil.
Ya que Cruz se presenta como la opción anti-Trump más viable, es más probable que un votante suyo se volcara hacia Kasich, y no hacia Trump.
"Opción plausible"
Muchos dentro y fuera de círculos políticos han pintado a Kasich como la alternativa moderada a la excentricidad de Trump y al radicalismo de Cruz, como “ la nueva cara del conservadurismo compasivo en Estados Unidos”, según el diario británico The Guardian.
El gobernador ha recibido el apoyo oficial de más de 150 notables vinculados al partido (entre congresistas, senadores, empresarios y celebridades) , y hasta el periódico The New York Times lo recomendó como la “única opción plausible para los republicanos cansados del extremismo e inexperiencia exhibidos en esta carrera.”
El senador de Florida Marco Rubio, incluso antes de retirarse de la campaña, urgió a los votantes republicanos a votar por Kasich en Ohio para parar a Trump como parte de una estrategia para negarle delegados al magnate.
De todas maneras es innegable que el gobernador de Ohio comparte con Cruz y Trump posiciones de derecha conservadora en temas como inmigración, el aborto, y el matrimonio gay, aunque Kasich presente esas posiciones de manera más compasiva.
De la misma manera, Cruz se ha distinguido por ser una versión más educada de Trump, con ocasionales visos de pastor evangélico.
Así, puede ser que el gobernador de Ohio atraiga a los votantes que les desagrada la manera a veces brusca o casi violenta de Trump, pero que igualmente desconfían del celo demasiado conservador de Cruz.
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