Un simple cortecito puede activar un poderoso mecanismo de defensa heredado de tus ancestros

Aunque no le sucede a todo el mundo, lo cierto es que hay muchas personas que se desmayan al ver sangre. Esto no tiene nada que ver con cuán valiente o saludable físicamente sean, es simplemente algo que le puede pasar a cualquiera, debido a un bajón de la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
Esta respuesta fisiológica podría tratarse de un reflejo primitivo de nuestro cerebro, un mecanismo de defensa de los primeros seres humanos que pasó de generación en generación. Ahora lo explicaremos con más detalles:
Qué pasa en nuestro cuerpo al ver sangre

Lo que les sucede a las personas cuando ven su propia sangre se llama síncope vasovagal. Al ver la sangre, se produce una estimulación del nervio vago –se extiende desde el tronco cerebral a través de cuello, tórax y abdomen– que trae dos consecuencias fisiológicas:
Primero, disminuye la frecuencia cardíaca debido a la activación del sistema nervioso parasimpático (responsable del descanso y la digestión).
Segundo, los vasos sanguíneos se ensanchan y disminuye la presión arterial al desactivarse el sistema nervioso simpático, el que regula las respuestas de lucha o huida ante sucesos externos.
Debido al fenómeno, la persona puede experimentar estos síntomas:
- mareo
- aturdimiento
- zumbido en el oído
- sudoración
- dificultad para hablar
- debilidad
- visión borrosa
- pérdida del conocimiento.
Ahora bien, aunque esto suene aterrador, la verdad es que el cuerpo es más inteligente que nosotros, pues al estar acostados el cerebro puede recibir la sangre y el oxígeno que necesita para recuperarse.
¿Qué dicen los científicos de este proceso?
Los científicos creen que todos tenemos, en mayor o menor medida, este reflejo atávico, un mecanismo de defensa que ayudó a nuestros antepasados a sobrevivir frente a eventos violentos.
Imagina por un momento que eres un hombre de las cavernas y un enemigo te ha atacado. Desmayarte ante tu propia sangre hará que quedes tumbado en el suelo como si estuvieras muerto. Resultado: tienes más probabilidades de evitar la muerte.
Por otro lado, la caída en la frecuencia cardíaca y la presión arterial es beneficiosa para ralentizar el sangrado, de modo que desmayarse puede ser un mecanismo fisiológico muy útil para recuperarse si la persona hubiera sido herida.
¿Se trata de una fobia?
Hasta el momento se desconoce si el síncope vasovagal se debe a factores genéticos, hormonales o algún otro desencadenante. No hay certeza entre los psicólogos de por qué sucede, pero se tiende a creer que es un mecanismo evolutivo.
La American Psychiatric Association incluye la fobia a la sangre en su Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales; aun así, los especialistas no están seguros si sus síntomas puedan agruparse en la categoría de ansiedad.
Algunos doctores creen que más que fobia a la sangre misma, los pacientes sienten fobia cuando ven la sangre brotar, pues la gran mayoría de ellos no encuentra particularmente desagradable este líquido.
Sin embargo, todos coinciden en que hay componentes emocionales en este tipo de episodios, pues casi siempre sucede con la sangre propia o la de personas queridas en situaciones que pueden ser conmovedoras, como un accidente o los análisis de sangre a los niños.
En cualquier caso, marearse al ver la sangre propia parece ser una respuesta fisiológica instalada en nuestros cerebros desde el principio de los tiempos, sobre la cual los científicos aún tienen mucho que investigar.
Te puede interesar: