De Australopithecus a Homo hay unas cuantas diferencias. Los dos géneros no significan lo mismo, y mientras el primero está extinto a día de hoy, en el presente los únicos supervivientes Homo somos nosotros, yo que escribo, tú que lees y todo el resto de seres humanos que pueblan nuestro planeta. Un cerebro grande, el uso de cultura material, el bipedismo pronunciado y una mandíbula pequeña son algunos de los elementos que definen a Homo.
El primer individuo de este género es el llamado Homo hábilis ( Homo rudolfensis, si atendemos a la división por género), que presentaba todas estas características y que apareció hace 2.4 millones de años. Sin embargo, todavía es pronto para encontrar una evolución gradual de un australopitecino hacia esta especie.
No obstante, los hallazgos del profesor Lee Berger de la Universidad de Witwatersrand en la cueva sudafricana de Sterkfontein (protagonista de muchos hallazgos fundamentales en términos de antepasados de los humanos) podrían ayudarnos a trazar la línea evolutiva entre ellos y nosotros.
Se trata del esqueleto casi completo de un niño en muy buen estado de conservación, el cual habría existido hace 2 millones de años. Los científicos lo califican como un 'hallazgo clave' en la historia de los hallazgos de homínidos, y se espera que el mismo resulte una pieza de encastre perfecto entre los australopitecus y los homo.
“Un descubrimiento como este realmente podría incrementar nuestro entendimiento de nuestros ancestros tempranos en un momento en el que comenzaban a ser reconocidos como humanos”, afirma al respecto el Dr. Simon Underdown, de la Universidad Oxford Brookes.
No obstante, no nos anticipemos. Al menos en términos de divulgación se ha difundido muy poco del hallazgo. El Telegraph hace una reseña que dice poquísimo y no aporta nada nuevo, y en Aol ocurre lo mismo. Todavía es pronto para hablar del hallazgo, puesto que no se sabe nada de él, así que tomen todo lo anteriormente escrito con la cautela que merece.