La gran mayoría de avances tecnológicos que hemos tenido durante toda la historia de la humanidad están pensados desde una óptica por facilitar las diferentes situaciones de la vida diaria. En algunos casos, esto parece adquirir otro sentido y, los aparatos tecnológicos se vuelven en nuestra contra.
Uno de estos ejemplos, por citar a uno de los últimos servicios-guía es el navegador GPS (Sistema de posicionamiento global, en inglés) en el mundo automotor cuando nos da una indicación errónea y nos hace girar infinitamente en círculos sin ninguna dirección. Nuestra impotencia y enfurecimiento se suma a la ya producida por el caos del tráfico y los atascamientos.
Debido a estas reiteradas circunstancias (y sobre todo, si es que puede ocasionar cosas peores como accidentes), varios profesionales de la Universidad de Cambridge están desarrollando un dispositivo GPS capaz de reconocer el estado de ánimo del conductor.
Esta tecnología funcionaría en base a una serie de sensores, que serían capaces de descifrar la expresión facial de la persona, los gestos que realiza con las manos o el tono de voz que está usando. Un algoritmo juntaría todo esto y determinando el estado de estrés de la persona modificaría su forma de actuar, usando otra voz para dar las indicaciones, hacerlo de forma más pausada, bajar el volumen o incluso apagar la radio hasta que el conductor recupere la compostura.
Sin embargo, este proyecto todavía se encuentra en un fase de desarrollo muy temprano y en el que hasta ahora se han realizado pruebas con un robot en el asiento del pasajero, que ha sido capaz de detectar el estado de ánimo del conductor y mantener una conversación con un tono más relajado.