Túnez es el primer país árabe en aprobar una ley contra la violencia de género
Túnez es el país que tiene los índices más altos de violencia de género —el 47 % de las mujeres sufrieron violencia de género en algún momento de su vida—. Pero, a su vez, es el país árabe con más presencia femenina en el Parlamento —30 %—.
Estas dos cifras son muy importantes —una negativa y otra positivamente—, y una nueva resolución los transformó en el primer país árabe en combatir la violencia de género. La ley ya fue aprobada y se pondrá en marcha en 2018. Las organizaciones feministas de ese país, y de todo el mundo, celebran el avance y trabajan para encontrar los fondos necesarios para que funcione al 100 %.
En muchos países del mundo, y en particular en Oriente, las mujeres sufren constantemente violencia y desigualdad de género. No obstante, poco a poco se han conquistado más y más derechos. El logro de estas mujeres es también nuestro logro. Debemos celebrar —y luchar por— la conquista de más y más derechos en todo el mundo y para todas las personas.
«Una protección genuina»

Según un estudio realizado en 2010 por la Oficina Nacional de la Familia de Túnez, el 47 % de las mujeres sufrieron violencia de género alguna vez en sus vidas. Quizá fue por este motivo que el Parlamento decidió votar una ley para eliminar la violencia contra la mujer —no solo en el ámbito doméstico, sino en cada uno de los ámbitos en los que se desenvuelven—.
¿Qué se entiende por «violencia de género»? Según Human Rights Watch, es «cualquier agresión física, moral, sexual o económica basada en la discriminación entre los dos sexos y que da como resultado daños o sufrimientos físicos, sexuales, psicológicos o económicos en la mujer».

De esta manera la ley busca cumplir dicha definición y no solo aumentar las penas por este tipo de delitos, sino también ejecutar medidas preventivas (como capacitar al personal médico para detectar la violencia contra las mujeres).
Un punto importante de esta ley es, según The Independent, la eliminación de una cláusula en la que los violadores no eran castigados si se casaban con sus víctimas.
Celebremos estos avances. Por ellas, por nosotras y por cada ciudadano de este planeta.