Todo listo para comenzar la explotación comercial de los asteroides, esto es lo que debes saber al respecto

Quizá las profesiones más lucrativas del futuro serán las de Geólogo e Ingeniero de Minas interplanetario. Sin dejar atrás a los abogados que tendrán que lidiar con pleitos y contratos extra terrestres. Por lo pronto, Estados Unidos está cerca de aprobar su primer texto legal para adentrarse en la minería espacial.
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¿Cuánto oro hay en el universo?

La cantidad de oro existente en la Tierra es constante, ya que el sueño de los alquimistas de convertir los metales inferiores en el precioso metal es imposible. La versión más aceptada por la ciencia es que el oro llegó al planeta por un bombardeo de meteoritos muy ricos en el metal, ocurrido hace aproximadamente unos 200 millones de años.
A pesar de que el hombre lleva explotando el oro por lo menos 6 milenios, la cantidad existente en el mundo es de aproximadamente 154.000 TM. Si con todo el oro atesorado —incluyendo tu cadenita, tu anillo o tu diente— se hiciera un cubo, su lado apenas si mediría unos 16 metros.
Las reservas probadas sin explotar equivalen a otras 60.000 TM más. Quizá no sea mucho, por eso, Estados Unidos no quiere dormirse en los laureles y ya se está preparando para explotar todos los metales preciosos que pueda haber en el universo.
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Una minería costosa
El refinamiento de los metales preciosos es muy costoso. Por ejemplo, el oro generalmente está asociado a algunos minerales, principalmente el cuarzo. Quizá te sorprenda saber que si consigues un depósito de cuarzo con un 0,3 % de oro, es decir 997 gramos de sílice (la ganga o «basura») por cada 3 gramos de oro, es posible que te hayas sacado el premio gordo de la lotería.
Mucho más costoso y largo es refinar el uranio (U) para hacerlo utilizable en centrales nucleares y armas atómicas. ¿Te imaginas que por allí anden asteroides repletos de oro, plata, uranio, platino, tierras raras y otros valiosos elementos ya refinados, mientras andamos sudando la gota gorda en la Tierra para extraerlos?
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De viajes espaciales a viajes de negocios
Los Estados Unidos marchan a la cabeza de la carrera espacial; es el único país que ha llevado misiones tripuladas a la Luna y probablemente será el primero en llegar a Marte. La Unión Europea se convirtió en 2014 en la primera comunidad política en poner un artefacto sobre un cometa, descubriendo acetona y otros compuestos orgánicos en el mismo.
Japón ya se estrenó en 2015 en la liga premier del espacio con sus primeras muestras de asteroides, traídas por la sonda Hayabusa. Los chinos y los rusos trabajan con más secretismo pero seguro que también están en el ajo.
Todo el mundo está haciendo viajes de prospección de negocios disfrazados de viajes espaciales y todos quieren un trozo del pastel de la riqueza estelar. Lo que se discute es quién se queda con la mayor porción. Estados Unidos la quiere para sí y ya comenzó a dar pasos legales, muy discutibles, pero dice el refrán que quien pega primero pega dos veces.
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Una ley que traerá jaleo
La ley sobre la que ya se han puesto de acuerdo los congresistas estadounidenses, la SPACE Act, establece que los ciudadanos de Estados Unidos tienen derecho a explotar las riquezas espaciales «de conformidad con las leyes aplicables y con las obligaciones internacionales del país».
Si existen vacíos legales internacionales en casos tan terrenales como las preferencias sexuales, los derechos de la mujer, el maltrato de los animales y la biotecnología, imagínate el agujero negro legal que existe en torno a la explotación comercial de planetas, satélites y asteroides.
Lo único que hay parecido a una normativa internacional, es un Tratado sobre el espacio ultraterrstre, acordado en 1967, cuando todavía Estados Unidos no había llegado a la Luna y la Unión Europea ni siquiera existía.
Este tratado establece que ningún Estado puede reclamar soberanía sobre la Luna y otros cuerpos celestes. Los buenos abogados del congreso estadounidense dicen que la novedosa ley no viola el tratado ya que no se trata de una reivindicación de soberanía sobre los asteroides sino del otorgamiento de un «permiso de trabajo» a sus empresas y ciudadanos fuera de la Tierra.
¡Qué si habrá polémica! ¡A estudiar derecho extraterrestre! ¡ Ecologistas del espacio, atentos a la explotación minera irracional que tanto daño ha hecho en la Tierra!