Seguro han escuchado (o leído) una frase fantástica que dice " Nunca discutas con un idiota. Te va a arrastrar a su nivel y ahí te ganará por experiencia". Muchos se la atribuyen a Mark Twain, otros a George Carlin, pero es posible que sea una variación del proverbio 26:4 " Cuando discutas con tontos, no respondas a sus tontos argumentos, o te volverás tan tonto como ellos".
Esto es un buen consejo, porque a veces es irresistible intentar razonar con gente que parece tener un chip pre-programado en el cerebro que no les permite pensar más allá del concepto prefabricado con el que son lanzados al mundo.
A veces, cuando escuchas gente decir cosas como " La Tierra es plana porque yo no veo ninguna curva", te provoca darles alguna lección fundamental. Generalmente, cuando escuchamos hablar a cualquiera de los políticos republicanos, o a sus marionetas en los medios, sentimos una necesidad carnal por corregir la infinidad de estupideces que salen por sus bocas ignorantes. No son todos, claro.
Y seguramente muchos estarán conscientes de esto y participan solo por mantener una carrera en un partido que no parece tener espacio para el desarrollo. Para mantener a la gente en línea, ignorantes son más fáciles de manejar. Tampoco se limita a los republicanos de Estados Unidos, en todos los países hay un grupo de este tipo.
El dilema está en saber cómo contrarrestar sus mensajes tontos. Porque tampoco se les puede dar rienda suelta y que digan tanta bobería. Hay que saber mantener el equilibrio entre no caer en una discusión con un idiota, pero corregirle para que no produzca más idiotas.
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Recientemente la popular política estadounidense, ex candidata presidencial, ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin, lanzó un proyecto que ella llama documental, en el que intenta demostrar que el calentamiento global es una farsa de la ciencia para quitarle a los ricos sus negocios. Porque de otra forma no veo qué ganarían los científicos con esto.
Con Climate Hustle, Palin intenta argumentar que al decir que el cambio climático es provocado por el hombre, los científicos buscan provocar pánico y evitar que la humanidad progrese. Claro, porque esa es la premisa de la ciencia: evitar el progreso y el avance.
Promocionando su película/propaganda, Palin llegó a decir que Bill Nye es "tan científico como yo". En un esfuerzo por desacreditar al popular Science Guy. La ex gobernadora aseguró que Nye no es un científico de verdad, sino un conductor de programas infantiles. Predeciblemente, Sarah está equivocada, pero ya todos estamos acostumbrados a esto. Recordemos que esta mujer dijo que ella podía ver Rusia desde Alaska, por ejemplo.
Nye, ciertamente, se hizo popular al conducir un programa infantil que educaba a los niños en materias científicas. Esto no quiere decir, en absoluto, que Bill no sea un científico de verdad. Veamos parte del currículo de Nye. Es un educador científico, host de TV y CEO de la Planetary Society y del Committee for Skeptical Inquiry. Tiene un título bachiller en ingeniería mecánica de la Universidad de Cornell, donde además da clases como profesor visitante. Nye trabajó para Boeing por años antes de dedicarse al entretenimiento. Todavía es un científico en funciones, desarrolló los relojes solares usados en las misiones Rover de la NASA.
Lo que Palin intenta hacer es desacreditar a Bill Nye por su desempeño como animador de TV. Eso sería como desacreditarla a ella como política por participar en secciones de The Tonight Show. Lo que pasa es que no hace falta ir tan lejos, ella se desacredita sola, cada vez que habla. Su esfuerzo es atraer la atención y tal vez arrastrar a Nye a un intercambio público, con la idea de arrastrarlo hasta su nivel y vencerlo con experiencia.
De hecho se llegó a fomentar del lado de los seguidores de Palin, un debate con el Science Guy. Pero todo fue un esfuerzo en vano por ensuciar a la comunidad científica. Tampoco se puede esperar mucho de una mujer que le ofrece su apoyo a Donald Trump. Nye, por su parte, se dedica a recordar los hechos en Twitter y en videos de YouTube.
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