Rusia ya tiene bastante de lo que jactarse en términos de extensión física. Estamos frente al país más grande del mundo, y por si no fuera poco es tan gigantesco que se asienta sobre dos continentes. Sin embargo, el afán expansivo de Rusia siempre está, sino es políticamente, es geológica y geográficamente.
¿Recuerdan la erupción del volcán Sarychev? Ocurrió hace unos meses, y junto a un terremoto acontecido en el 2007 ha dejado sus huellas. Las mismas no se traducen en otra cosa que tierra ganada a la costa, pues ambos comportamientos geológicos han hecho que Rusia incremente su tamaño en 4.5 kilómetros cuadrados.
La isla Sakhalin es la primera favorecida. Se trata de la isla más grande del país, y en el 2007 la misma experimentó un poderoso terremoto cercano al pueblo de Nevelsh, el cual hizo que parte del suelo emergiera hasta sobrepasar la superficie marina y quedara asentado allí. Tres kilómetros cuadrados en total.

El pico Sarychev (uno de los volcanos más activos de las islas Kuril) por su parte, hizo que la isla Matua también incrementara su extensión geográfica. Aparentemente el terreno ganado se debe a la caída de las cenizas arrojadas por la erupción, las cuales, mezcladas con rocas volcánicas fragmentadas y piedra pómez, habrían formado un parche de tierra de 1.5 kilómetros cuadrados.
La actividad geológica fue medida por el geólogo Boris Levin, director del Instituto de Geología Marina y Geofísica de la Academia de Ciencias Rusa.