Esa carita tierna de ojillos oscuros que apreciamos en la cabecera del post no puede generar otra cosa que inocencia y adoración. Sin embargo, tan nimio ratoncito dista de ser un mero ejemplo de la ingenuidad natural; estamos en presencia de uno de los ejemplos más claros de selección natural en acción, un paradigma evolucionista materializado en una criatura que no mide más de unos pocos centímetros.
Viajamos a Nebraska, donde estos queridos animalejos habitan las claras dunas de arena que tapizan parte de la superficie de este territorio, concretamente Sand Hills. Allí, las dunas de color claro se formaron hace entre 8000 y 15000 años, dando lugar no sólo a otro tipo de paisaje, sino que también a otra clase de ratones. Investigadores de la Universidad de Harvard han estudiado de cerca el historial de eventos evolutivos de la región, llegando a conclusiones fascinantes.
En Nebraska también hay suelos oscuros, obviamente, y ellos son habitados por ratones de otros colores. Sin embargo, en las dunas los ratones pálidos abundan, y su color sirve a modo de camuflaje excepcional. Los investigadores especulan con que este color evolucionó recientemente, no antes de los 15000 años que se manejan como fecha más remota de la formación de Sand Hills.
Para afinar esta hipótesis, los investigadores la complementaron con los datos de la genética, prestándole atención al gen Agouti, el encargado de dar la coloración pálida al pelaje de los roedores. Sorpresivamente, el estudio de la evolución de este gen, ha reducido la evolución del pelaje a 4000 años. Increíble.
Selección natural viva y en acción. Puro Darwin.