Los mismos elementos que pueden resultar mortales en concentraciones altas son, en pequeñas cantidades, imprescindibles para la vida. Estos elementos se encuentran en un delicado equilibrio y su presencia por encima o debajo de unos límites bien marcados puede resultar fatal, a estos elementos se les conoce como oligoelementos, y vamos a repasar algunos de los más importantes y conocer su función en el organismo.
El hierro y la hemoglobina
El hierro forma parte de la hemoglobina, responsable de llevar oxígeno a todo nuestro cuerpo. La hemoglobina aprovecha la fácil oxidación del hierro para hacer que atrape este oxígeno y lo libere en el momento adecuado. Pero cuidado, el hierro no se elimina de nuestro organismo, sino que se reutiliza. Diariamente es recomendable consumir alrededor de 18 mg. (miligramos) de hierro, dependiendo de la edad y el sexo, ¡pero no más! Con el consumo de lentejas o cereales podemos ir más que servidos, hay incluso quien duda sobre si estas cantidades pueden ser sanas.
Un exceso de hierro en nuestro cuerpo puede provocar hemocromatosis, que perjudica al hígado, mientras que un defecto nos puede llevar a padecer anemia, relacionada con una fatiga crónica.
El iodo y la glándula tiroides
Otro de los casos de oligoelementos interesantes es el del iodo. ¿Sabíais que la incorporación de sal iodada a la dieta ha sido uno de los mayores avances médicos del siglo veinte? Y es que debemos a este elemento el correcto funcionamiento de esta glándula tiroides, cuando escasea no se pueden producir bien las hormonas tiroxina y triiodothironina, además de prevenir la gota.
La falta de iodo en el organismo puede producir bocio y cretinismo, mientras que su exceso puede llevar a hipertiroidismo, relacionado con taquicardia, pérdida de peso, nerviosismo, inestabilidad emocional, dificultades para dormir y temblores. Habitualmente una dieta equilibrada que incorpore sal iodada es suficiente para asegurarnos de que consumimos una cantidad suficiente, ¡pero cuidado con la comida basura! Las cantidades de sal que suele incorporar pueden llevarnos a un exceso de este elemento. La cantidad recomendada de este elemento es de 150 microgramos (0.00015 gramos), por lo que no sorprende que se aconseje controlar el consumo de sal en los alimentos.
El selenio y la enfermedad de Keshan
El selenio, ese gran incomprendido. Os reto a que lo situéis en la tabla periódica. Justo ahí, debajo del azufre, ¡muy bien! La importancia del Se es conocida en China, donde mayor difusión tuvo la enfermedad relacionada con su carencia, la enfermedad de Keshan, conocida así por el nombre de la zona donde se identificó, y donde se llevó miles de vidas durante los años 1960 y 1970 hasta que fue relacionada con la carencia de este oligoelemento. ¿Y qué cantidad de Selenio debemos tomar? Alrededor de 55 microgramos al día (es decir 0.000055 gramos) muy poco otra vez. Y como siempre, si nos pasamos tendremos selenosis, relacionada con la pérdida de pelo y uñas, caída de los dientes, anomalías en el sistema nervioso.
Una de las principales fuentes de selenio es la pasta, en la cual podremos encontrar 61 mcg. de selenio por cada 100 gramos de pasta.
Como podéis ver los oligoelementos tienen un papel clave en nuestro organismo, tanto su exceso como su carencia pueden ser desastrosos, aunque generalmente para no tener ningún problema es suficiente con llevar una dieta equilibrada. Otros oligoelementos son boro, cromo, cobalto, cobre, flúor o manganeso, una buena parte de la tabla periódica tiene presencia en nuestro organismo.
¿Conoces los efectos que puede producir su ausencia o defecto?