Las bacterias desempeñan un importantísimo papel en la vida sobre nuestro planeta.
Son seres unicelulares, sin clorofila, que necesitan materia orgánica ya formada para constituirse y tener la energía calorífica precisa para su vida.
Hay más bacterias en nuestra boca que en la tierra y no todas las bacterias producen enfermedades, solamente el 1% de ellas, las demás tienen funciones útiles para la vida.
Algunas nos ayudan a digerir los alimentos y otras se devoran los venenos que existen en el aire y el agua. Los científicos además usan bacterias vivas para tratar problemas musculares y hasta para quitar arrugas.
Son tan pequeñas que apenas miden algunas milésimas de milímetros, o micras, fluctuando entre menos de una y 16 micras. Así sólo son visibles con microscopios electrónicos o de gran aumento.
Son los organismos más abundantes del planeta y se encuentran en todo hábitat de la tierra, creciendo en el suelo, en manantiales calientes y ácidos, en desechos radioactivos, en las profundidades del mar y de la corteza terrestre.
Desde que se inventó la penicilina ( de forma accidental) las bacterias han cambiado y algunas se están volviendo inmunes a nuestros antibióticos lo que hace que enfermedades infecciosas como la tuberculosis que en una época se podían curar con tratamiento, ahora se hayan convertido otra vez en una amenaza mortal.
El estudio de las bacterias está a cargo de la bacteriología, que es una de las ramas de la microbiología.