
La forma en la que caminamos es algo muy peculiar en el mundo animal, ya que ningún otro animal camina con la espalda totalmente perpendicular al suelo, sosteniéndose por completo en dos patas. Al caminar tendemos a mover los brazos; algunas personas lo hacen más que otros, pero ¿por qué lo hacemos? Lo que parece algo innecesario al principio tiene su razón de ser.
Un estudio científico demostró que además de ser algo fácil, mover los brazos al caminar tiene beneficios, eliminando la teoría de muchos que decía que el movimiento de los brazos eran los restos de la forma de caminar de nuestros ancestros.
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¿Qué dicen los robots al respecto?
Steve Collins, un ingeniero biomecánico de la Universidad de Michigan, se interesó en el movimiento de los brazos gracias a los robots con los que trabaja para el estudio de la locomoción humana. Los primeros robots con los que trabajó no poseían brazos y tenían problemas para caminar, pero cuando agregaron brazos que se movían libremente, los robots tendían a moverse parecido a como lo hacen los humanos.
Así que los investigadores decidieron llevar a cabo un experimento. Diez personas participaron en esto, cada una moviendo sus brazos de diferentes maneras al caminar o manteniéndolos detenidos a los lados.

Midieron el esfuerzo necesitado de los músculos de los hombros, así como el esfuerzo en general de caminar, medido en el costo metabólico. Los resultados demostraron que se necesita de poco esfuerzo de los músculos, y mantener los brazos quietos aumentaba el esfuerzo al caminar un 12%, el equivalente a caminar un 20% más rápido o cargar una mochila de 10 kilogramos.
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Forzando el movimiento de los brazos
Aunque mover los brazos ayuda al caminar, el forzar el movimiento de ellos fuera de sincronía con el caminar aumenta el costo metabólico aun más. La explicación es que cuando forzamos los brazos, las piernas aumentan el trabajo al tratar de prevenir que nuestro cuerpo gire incontrolablemente, ya que en cada paso que damos, nuestro cuerpo intenta girar en el eje vertical, cosa que al mover los brazos ayudamos a contrarrestar.
Estos estudios se planean usar para diseñar y construir mejores robots caminantes e incluso usarse para aplicaciones de terapias físicas. Algunas enfermedades, como el mal de Parkinson y la parálisis cerebral, causa movimientos como la desincronización de los brazos y las piernas, afectando negativamente el uso de energía que se necesita al caminar y el balance de los pacientes.
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Una vez que aprendemos a hacerlo, caminar parece algo que hemos sabido toda la vida, pero para lograr esto hemos pasado por millones de años de evolución, perfeccionando la técnica hasta lo que somos hoy y aumentando eficientemente el uso de la energía que gastamos al movernos.
¿Habías notado que mueves mucho los brazos al caminar?