La revista india Maggcom inició poco tiempo atrás una campaña llamada #DontMancriminate, cuyo objetivo -supuestamente- era promover la promover la igualdad entre varones y mujeres, con énfasis en la “discriminación” que sufren los hombres.
Sin embargo, lejos de ayudar en ALGO a conseguir la igualdad de género, esta campaña no sólo banaliza los movimientos que ya existen para terminar con la discriminación sino que además sostiene postulados ridículos que tiran por la borda cualquier cosa buena que quisiera lograr.
¿Cómo? Por ejemplo, señalando que los hombres están siendo discriminados cada vez que les dan el asiento a una mujer o pagan una entrada a un boliche. Parece un chiste, ¿no? Pero no lo es.
En primer lugar, los varones no DEBEN hacer esas cosas. Abrirle la puerta a alguien que está cargando algo pesado o tiene las manos ocupadas es un acto de cortesía que se puede realizar para cualquier persona, sin distinción de género.
Los actos de “caballerosidad”, como ellos mismos los llaman en su campaña, son sólo otro signo de que las cosas todavía no están en el lugar que deberían. Las mujeres no somos débiles ni necesitamos que nos dejen el lugar para subir al colectivo y, en ningún caso, demandamos que así sea. Los que lo hacen continúan haciéndolo por costumbre -asumo- y porque aún no les parece ridículo seguir haciéndolo.
En países en los que la igualdad de género está más cerca de conseguirse, como Noruega, Suecia o incluso muchos países de Europa, esa “costumbre” no existe. Cada uno ocupa su lugar en las filas y, a su turno, avanza hacia donde tenga que ir. Así que construir una campaña que utiliza una palabra tan fuerte y cargada de sentido como la “ discriminación” para pedir que los hombres “dejen de dar el asiento, cargar las bolsas y sostener las puertas” es, como mínimo, una tomada de pelo.
Por otro lado, y como ya dijimos en el Radar Feminista, el feminismo es una tarea colectiva que involucra a todos los géneros y aboga por eliminar cualquier tipo de práctica que oprima a las personas de acuerdo a su género, y eso también incluye a los varones. Por lo que si hay algo por lo que el feminismo lucha es justamente porque esas prácticas se modifiquen, no al contrario, como postula esta campaña.
Ni hace falta que digamos que el país de donde surgió esta campaña, India, es uno con las mayores tasas de femicidios y discriminación contra las mujeres de todo el mundo. Crear una campaña de estas características en un país en el que la violencia contra las mujeres es horrorosa y está completamente naturalizada es verdaderamente insultante.
No nos ayuden, Maggcom, estábamos mejor antes de su campaña.
Estudié Comunicación en la Universidad de Buenos Aires y me posgradué en Comunicación y Género. Publiqué dos libros de ficción y trabajo como redactora y consultora en comunicación. Soy feminista y creo que los medios pueden cambiar el mundo.
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