Ciencia y Tecnología

Para la neurociencia, las personas con poder actúan como si tuvieran daño cerebral

21 Jun 2017 – 08:00 PM EDT
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Si bien ya está prácticamente comprobado que el poder es adictivo y que quienes lo tienen —o lo ejercen, según Foucault— siempre quieren más, no se puede afirmar efectivamente hasta que se tiene un sustento teórico y una comprobación empírica. 

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Las teorías acerca del poder y las personas por supuesto que no son nuevas: el historiador Henry Adams señaló metafóricamente una vez que el poder funciona como «una especie de tumor que termina matando la empatía de la víctima». 

Por otra parte y según otro historiador, llamado John Acton y nacido en el siglo XIX « el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente».

La realización del nuevo estudio

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Siguiendo por la misma linea de los académicos anteriores es que  Sukhvinder Obhi —un neurocientífico de la Universidad de McMaster en Ontario— acaba de revelar los resultados de un estudio sobre el poder y los efectos que tiene en el cerebro de las personas.

El estudio estuvo basado en analizar el cerebro de quienes tienen mucho poder y de quienes no lo tienen tanto, mediante una máquina transcraneal de estimulación magnética. Este método de estudio sirvió para descubrir que el poder afecta a un fenómeno neuronal llamado «espejo» que a menudo ha sido relacionado con la capacidad de sentir empatía

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Estos resultados parecen estar relacionados con los estudios de un profesor de psicología de la Universidad de Berkeley quien una vez describió un fenómeno llamado « paradoja del poder», en donde las personas una vez que llegaban a puestos de importancia empezaban a perder aquellas capacidades que les había permitido llegar hasta allí.

Según este profesor las personas que iban adquiriendo poder iban siendo más impulsivas, menos conscientes de los riesgos y con menor capacidad de ver las cosas desde el punto de vista de los demás.

Los resultados obtenidos

Entre las pruebas del estudio hubo una que consistió en analizar la respuesta de las personas poderosas y no poderosas frente a un video en el que varias personas apretaban una pelota de goma.

La idea del video era estimular en el cerebro del espectador un fenómeno llamado «espejo» que básicamente consiste en el impulso de copiar la actitud de los demás (como la tendencia a bostezar cuando otro bosteza o a reír cuando otro ríe). Este fenómeno está probablemente relacionado con la capacidad de las personas de sentir empatía y de generar vínculos amistosos con las demás.

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Los resultados del experimento indicaron que para las personas sin tanto poder el reflejo funcionó perfectamente: los nervios encargados de apretar la pelota fueron altamente estimulados. Sin embargo, no sucedió lo mismo con las personas poderosas. Según el equipo de especialistas, los nervios y el reflejo se mostraron como si estuvieran «anestesiados».

Según ha sido señalado de parte del equipo de investigación, es probable que la respuesta anestesiada se deba a que los estudiantes del experimento no contaban con un poder verdadero sino que habían sido preparados para sentirse poderosos.

El equipo ha indicado que si el estudio fuera realizado en personas con verdadero poder o que creen tenerlo —personas con mucho dinero que siempre reciben elogios de lo bien que hacen las cosas— probablemente los resultados habrían mostrado un reflejo de espejo completamente quebrado.

Lo que ha revelado el estudio es que entonces el poder no genera solamente cambios al nivel de las emociones y de la personalidad sino que dichos cambios están basados en una pérdida de la capacidad de un reflejo neuronal que puede ser considerado como un « daño cerebral». 

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Las personas con mucho poder entonces pierden este reflejo del espejo y según ha sido indicado por el equipo de experimentadores, no son capaces de volver a recuperarlo ni siquiera haciendo un esfuerzo. 

¿Qué opinión tienes acerca de estos resultados? ¿Se te ocurre algún ejemplo? ¿Te ha sorprendido tanto como me ha sorprendido a mí? 

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