Ciencia y Tecnología

Misión 31: un mes viviendo bajo el mar

29 Jul 2014 – 05:08 PM EDT

Hace apenas unos días, sin demasiado revuelo mediático, concluyó una de las etapas más importantes y riesgosas de la Misión 31, uno de los más ambiciosos proyectos científicos para el estudio de los océanos que existen en la actualidad.

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Dirigida por Fabien Cousteau, nieto del legendario oceanógrafo y padre del buceo moderno Jacques-Yves Cousteau, durante 31 días permitió que un pequeño grupo de investigadores vivieran bajo el mar y realizaran importantes experimentos e investigaciones sobre la fauna marina y el funcionamiento oceánico que prometen arrojar importantes resultados en un futuro cercano.

Detalles de la Misión 31

La etapa submarina de la Misión 31, que comenzó el 1 de Junio, se desarrolló en un submarino llamado Aquarius, el cual fue situado a casi 20 metros de profundidad en un sitio de los cayos de la Florida. Este hogar-laboratorio estaba totalmente equipado para cumplir con su misión, permitir la vida de sus tripulantes durante todo un mes sin que estos salieran a la superficie, con el objetivo de aprovechar al máximo el tiempo para investigar el fondo marino.

Para ello, el submarino, de 81 toneladas de peso y 140,2 metros de largo, contaba con agua caliente, equipamiento de laboratorio y computadoras, cocina, seis literas y aire acondicionado, entre otras comodidades. Así, los científicos pudieron bucear hasta 9 horas diarias a profundidades de alrededor de 30 metros sin arriesgarse a sufrir el peligroso Síndrome de la Descompresión.

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Primeras impresiones y resultados

Durante esta etapa de la Misión 31, los investigadores probaron novedosos equipos de sonar, estudiaron las relaciones entre presas y depredadores, establecieron experimentos en un arrecife cercano con el fin de determinar los efectos del cambio climático, de la acidificación del agua y de la contaminación sobre los corales y las esponjas marinas, entre otros.

Según los participantes, lograron en 31 días reunir datos científicos que de otra manera llevarían hasta 3 años recopilar. Ahora comienza la etapa de análisis de todos estos datos y se espera que algunos de sus resultados sorprendan a la comunidad científica.

Para volver a la superficie, los investigadores necesitaron 16 horas de descompresión en el interior del laboratorio para evitar riesgos para su salud al volver  a la presión atmosférica superficial. Según las primeras declaraciones de Cousteau, una de las impresiones más llamativas que sintió al volver a la superficie ha sido percatarse de que el fondo del mar no es un sitio tan silencioso como solemos pensar.

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En 1963, su abuelo había emprendido una expedición similar en el Mar Rojo que duró apenas un día menos que la Misión 31 y como esta, constituyó un hito en la historia de la investigación del océano y sus habitantes.

¿Te embarcarías en una misión así si tuvieras la oportunidad?

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